El ajedrez es un juego dinámico. Las piezas deben activarse desde el comienzo de la lucha, lo que requiere una precisa proyección en el espacio y en el tiempo.
Según el gran maestro Alexei Suetin, en su Manual para jugadores avanzados, “la movilización de las fuerzas debe producirse de modo armónico... Hay que tener siempre en reserva numerosos planes. La disposición de las fuerzas debe ser dúctil y fácilmente adaptable”.
Como lucha de ideas, en el juego ciencia hay que establecer una estrategia y una táctica acorde con las circunstancias, tomar la iniciativa y tratar de obtener ventaja decisiva.
Los ataques por sorpresa son los más efectivos. Sin embargo, también se debe tener presente que, antes de emprender una ofensiva, es necesario debilitar la posición enemiga, reducir su movilidad, desquiciar su defensa y contar con fuerzas atacantes superiores a las que defienden.
Partida . Las blancas desarrollan rápidamente sus fuerzas, toman la iniciativa y lanzan un ataque demoledor.
Blancas: José Raúl Capablanca
Negras : E. M. Amphlett
Londres, Inglaterra, 1919. Defensa Steinitz moderna.
1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Ab5 a6 4.Aa4 b5 5.Ab3 d6 6.c3 Cf6 7.d4 Ag4 8.Ae3 Ae7 9.Cbd2 Tb8 10.0–0 d5 11.exd5 Cxd5 12.h3 exd4 13.cxd4 Ae6 14.Ce4 Cxe3 15.fxe3 Ad5 16.Cc3 Axb3 17.axb3 b4 18.Ce2 Tb6 19.Dd3 Cb8 20.e4 0–0 21.Cf4 f6 22.Dc4+ (Diagrama. Capablanca detecta las debilidades del rival y emprende una fulminante ofensiva) Tf7 23.Ce6 Dd6 24.Ceg5 fxg5 25.Cxg5, rinden negras, 1-0.
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