Como en cualquier campo del conocimiento, las variantes en ajedrez son diversas opciones que surgen de una posición dada. Equivalen a distintos senderos que conducen a un fin. En ocasiones estos senderos son muchos y no es fácil determinar cuál es mejor. Como sistemas relacionados entre sí, supone la existencia de múltiples factores, como elementos tácticos, motivos combinativos, viabilidad estratégica, etc.
El gran maestro Alexander Kotov, en su libro Piense como un gran maestro plantea un esquema para analizar variantes mediante la imagen de un árbol, donde el tronco es la vía principal y sus ramas las variantes. Estas ramas las divide en otras más pequeñas llamadas subvariantes. Luego aconseja: “Lo primero es analizar todas las posibilidades por turno, establecer cuáles son las jugadas posibles y enumerarlas con claridad. Hay que ser muy escrupulosos en el análisis tanto de las variantes propias como las del adversario”. Y concluye: “este proceso de exploración de variantes debe tener un sentido, una dirección”.
