El ajedrez es un juego que contiene enigmas, misterios y paradojas. Como duelo, desafía a la razón .
Su objetivo es subyugar a un oponente mediante ideas . Acaso por eso ha sido objeto de censuras, anatemas y vituperios.
Desde sus orígenes indios simboliza un combate entre ángeles y demonios, entre la verdad y la mentira, entre la luz y la oscuridad. Así, la victoria se debe al favor de las divinidades y al talento del jugador; la derrota, a influencias diabólicas que nublan el entendimiento e inducen al error. De ahí que en su tiempo e l piadoso árabe Ibn Dawud advirtió: “el jugador de ajedrez es el más execrable de los pecadores”.
Incluso el fanático S. Habba juzgó: “el ajedrez es un juego maldito, maldito es quien lo juega”.
Es más, el escritor estadounidense Julien Green concluyó: “hay algo diabólico en este pasatiempo que sólo puede acabar con la mortificación de uno de los jugadores. Pero tiene algo interesante, se juega el juego de la vida, el prudente es prudente, el hipócrita, hipócrita”.
PARTIDA
- Tras una diabólica maniobra, las negras descargan un mazazo ganador.
- Blancas: Uriel Suárez
- Negras: V. Bernadskiy
- Defensa siciliana. Febrero 13 del 2021
1.e4 c5 2.Ce2 Cf6 3.Cbc3 d6 4.d4 cxd4 5.Cxd4 a6 6.h4 Cc6 7.h5 h6 8.Ae2 e5 9.Cb3 Ae6 10.Af3 Ae7 11.Ae3 0–0 12.Cd5 Axd5 13.exd5 Cb8 14.Dd3 Cbd7 15.Df5 Tc8 16.0–0–0 Dc7 17.Rb1 Tfe8 18.Cd2 Ad8 19.c4 e4 20.Axe4 Te5 21.Df3 Cxe4 22.Cxe4 Dxc4 (Diagrama. Satánica maniobra que decide la lucha) 23.Cxd6 Dc2+ 24.Ra1 Af6 25.Tc1 Txh5 26.Tb1 Te5, rinden blancas. 0-1.
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