Como en la vida real, toda partida de ajedrez tiene momentos críticos. Puesto que el juego en sí es un desafío, durante la liza hay que luchar, hacer planes, esforzarse e incluso sacrificar material, espacio o tiempo para sobreponerse. Las crisis demandan sacrificios.

De ahí que uno de los temas más recurrentes del juego ciencia sea el sacrificio de piezas. Es el instante en que la contienda revela todo su dramatismo y hay que crear los medios para superarla con éxito.

En su tiempo, el físico y ajedrecista Albert Einstein dijo: “La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche.

Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo. Es en la crisis donde aflora lo mejor de uno mismo, porque sin ella todo viento es una caricia… En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.

 
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