El ajedrez es una réplica de la lucha por la vida, por tanto, el jaque mate equivale a la muerte. Así, toda partida conlleva el imperativo de matar al rey del adversario para no morir.

El poeta Octavio Paz en El laberinto de la soledad dice: “Morir y matar son ideas que pocas veces nos abandonan. La muere nos seduce”, y luego agrega, “cuando estallamos, además, tocamos el punto más alto de la tensión, rozamos el vértice vibrante de la vida”. Lo bueno es que para rozar el vértice de la vida en el tablero, suele haber clases para principiantes y avanzados, las que empiezan por lo más fácil. Al contrario, según el poeta Rainer Maria Rilke (1875- 1926) “En la vida no hay clases para principiantes; en seguida exigen de uno lo más difícil”.

Con razón el filósofo Arthur Schopenhauer (1788- 1860) dijo: “La vida es una guerra sin tregua y morimos con las armas en la mano”. Es lo que ocurre en ajedrez. Por eso el escritor Leo Buscaglia (1924- 1998) señaló: “La vida es un misterio grande y maravilloso, y la única cosa que sabemos con seguridad es que está aquí y ahora. No la pierdas”. ¿Y si se pierde? Pues… ¡Feliz día de muertos!

rjavier.vargas.p@gmail.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS