El ajedrez tiene sorprendentes nexos con la ciencia que trata de las cantidades. La leyenda de su creación, por ejemplo, dice que Sirham, rey de la India, ofreció al brahman Sissa darle lo que pidiera como recompensa por haberlo inventado.

Éste, para enseñarle que antes de prometer algo hay que pensar, le pidió un grano de arroz para la primera casilla del tablero, dos para la segunda, cuatro para la tercera, ocho para la cuarta, y así sucesivamente hasta la 64. El resultado es: 18,446,744,073,709,551,615 granos. Para juntarlos habría que sembrar 75 veces todos los continentes del planeta.

Las opciones de jugadas diferentes son exorbitantes. Según el filósofo George Steiner (1929- 2020), “parte del vértigo infinito del ajedrez puede expresarse de manera numérica... Las alternativas de cada rival para jugar los diez primeros movimientos son tan elevadas que si todos los hombres, mujeres y niños que habitan el planeta jugaran sin darse un respiro, agotarlas tomaría más de doscientos diecisiete billones de años”.

El vértigo numérico del ajedrez
El vértigo numérico del ajedrez

Partida: Mediante una insólita maniobra, las blancas anulan cualquier respuesta de su oponente.

Blancas: Lenier Domínguez

Negras: Alexander Morozevich

Wijk aan Zee, Holanda, 2009.

1.e4 c5 2.Cf3 d6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 Cf6 5.Cc3 a6 6.Ae3 e5 7.Cb3 Ae6 8.Dd2 Cbd7 9.f3 b5 10.0–0–0 Tc8 11.g4 Cb6 12.g5 b4 13.Ca4¡¡ (Diagrama. Sorpresiva maniobra que desconcierta al rival) Cxe4 14.fxe4 Cxa4 15.Dxb4 Dc7 16.Td2 Ad7 17.Da5 Dc6 18.Axa6, y ante la inminente pérdida de material, rinden negras.

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