El ajedrez es un combate de ideas que requiere espíritu batallador y carácter. También demanda comprensión de los principios de lucha y capacidad de anticipación. Como medio de supervivencia, la combatividad es algo instintivo, no requiere aprendizaje, sino lucidez y osadía. Como cualidad del espíritu, conlleva aplomo y confianza en sí mismo. En cualquier competencia, la lidia y la determinación son actitudes que garantizan la victoria.
El juego ciencia ejercita las propiedades dinámicas del pensamiento. Mediante su experiencia y un ánimo combativo, el ajedrecista considera numerosas alternativas y determina cómo proceder. Es un acto consciente en el que, además, intervienen factores inconscientes que incluyen la combatividad.
Sin embargo, el novelista francés André Malraux (1901- 1976) manifestó: “ El verdadero combate empieza cuando uno lucha contra sí mismo. Uno sólo se convierte en hombre cuando supera esto ”.
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