La palabra armonía, en ajedrez, alude a la coordinación ordenada de los recursos, medios y técnicas que se aplican en la lucha. Sirve para optimizar el potencial dinámico de piezas y peones. Por eso, el excampeón mundial José Raúl Capablanca (1888- 1942) aseguró: “El fundamento esencial que ha de guiarnos en el medio juego se halla en el principio de la unión armónica de las piezas”. Armonía es un vocablo inherente a la música. En ajedrez, en buena medida, es la que determina la condición artística y la belleza del juego, dado que ayuda a pensar y a actuar con más precisión y eficacia. El líder indio Mahatma Gandhi (1869-1948) señaló: “La felicidad es cuando lo que piensas y lo que haces están en armonía. Apunta siempre a armonizar tus pensamientos y todo estará bien”. Incluso, el pintor francés Paul Cesanne (1839- 1906) dedujo: “El arte es armonía paralela a la naturaleza”. Por eso fue certero el luchador social mexicano Ricardo Flores Magón (1873-1922) cuando dijo: “Quiero que todo sea bello y en armonía con la naturaleza”.
PARTIDA
Las blancas toman el mando de la lucha, armonizan sus fuerzas y persiguen al rey negro hasta darle jaque mate.
Blancas: José Raúl Capablanca
Negras: N. Masyutin
Gambito Stauton Kiev casual Kiev, 02.03.1914
1.d4 f5 2.e4 fxe4 3.Cc3 Cf6 4.Ag5 c6 5.f3 exf3 6.Cxf3 e6 7.Ad3 d5 8.0–0 Cbd7 9.Ce5 Ae7 10.Axf6 Axf6 11.Dh5+ Re7 12.Axh7 Cf8 13.Df7+ Rd6 14.Cc4+ dxc4 15.Ce4+ (Diagrama: Letal persecución al monarca negro) Rd5 16.Tf5+ Rxe4 17.Te1+ Rxd4 18.c3+ Rd3 19.Td5, jaque mate. 1–0
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