El presidente Andrés Manuel López Obrador, desde la época en que era jefe de Gobierno en la Ciudad de México, estuvo en contra de que se modificara el huso horario en México, medida que impulsaron, primero, el presidente Ernesto Zedillo, con un decreto de 1996, y posteriormente Vicente Fox, con otro decreto, en 2001. Fue tal la animadversión hacia estas medidas que López Obrador, como jefe de Gobierno, llevó el decreto de Fox ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), aduciendo que el Presidente no tenía competencia para cambiar los husos horarios.
La SCJN le dio la razón a la CDMX (y a López Obrador), con lo que Fox, para seguir usando el horario de verano, tuvo que recurrir al Congreso de la Unión y expedir la primera Ley del Sistema de Horarios a finales de 2001. Así, desde Zedillo, el país llevaba 26 años haciendo cambios de horario, hasta que AMLO llegó a la Presidencia.
Desde ahí, López Obrador lanzó una iniciativa, en julio de 2022, para cambiar los husos horarios. Esta iniciativa presidencial se acabó publicando en octubre de ese mismo año, y un mes después se hizo una reforma, muy en específico, para no “afectar” a los municipios fronterizos del norte del país.
Para “matar” el cambio de horario, AMLO argumentó cuatro cosas: que no había un relevante ahorro de energía (apenas 1%); que el cambio de horario producía “afectaciones a la salud de las personas”; que había un impacto socioeconómico con la “posibilidad de que se incrementen los niveles delictivos, debido a la necesidad de salir del hogar en la oscuridad”, y el argumento nacionalista, de que el huso horario había sido impuesto desde Washington D.C. en 1884, en la Conferencia Internacional de Meridianos. Con eso echó atrás el cambio de horario en casi todo el país y por ello la gran mayoría se tiene que ajustar al horario de la CDMX, el del Centro.
Pero la novedad es que este año Ciudad Juárez se ha rebelado y no está acatando la Ley de Husos Horarios del actual gobierno. Esa ciudad de 1.5 millones de habitantes y gobernada por un morenista, Cruz Pérez Cuéllar, ha decidido todo el año sí hacer cambio de horario y seguir a su vecina ciudad de El Paso, Texas.
La alcaldía de Juárez, sus trabajadores y toda la iniciativa privada han decidido usar una hora menos que en la CDMX, lo que viola la ley en la materia y los acuerdos del Centro Nacional de Metrología (CENAM). Los juarenses, decidieron (por iniciativa propia) seguir el huso horario de Estados Unidos para no afectar sus temas económicos (maquila, agentes aduanales, transportistas, hoteles y el cruce fronterizo). Y eso que AMLO había hecho ya una modificación a la ley para que del segundo domingo de marzo al primer domingo de noviembre de cada año los municipios fronterizos pudieran seguir a los de EU. Pero no, estos quieren estar todo el tiempo “alineados” con el vecino del norte. En los hechos, están rechazando el centralismo que se les ha impuesto, con todo y que la ciudad es gobernada por Morena.
La conclusión es que, sencillamente, la narrativa presidencial de que la gente quería guiarse por el horario del Centro es equivocada. Los municipios fronterizos y, en particular Juárez, han hecho que la ley fracase y se han alineado con el huso horario de otro país.
El tema no es trivial, pues hay complejidades. Por ejemplo, el INE se fue con el huso horario indebido y ordenó a todas las estaciones de radio y TV, de Ciudad Juárez pasar spots a una hora que no es la correcta. Sólo algunas estaciones lo han hecho, correctamente, con el huso del Centro, lo que ya ha confirmado el CENAM, por lo que cientos de miles de spots electorales están fuera de horario y podría tener consecuencias legales para las elecciones en curso en Chihuahua y para funcionarios del INE.
Avanzar leyes con fundamentos ideológicos (no técnicos) y en zonas con realidades geográficas distintas al centralismo del país, está ocasionando que estas sean incumplidas, incluso en territorios gobernados por la 4T.
Me parece que, en este tema, la razón asiste a los juarenses. Y, como pocas veces, el lema de su escudo de armas es atinado: “Refugio de la libertad, custodia de la República”.