Hace cuatro días salió al aire la transmisión de la tercera temporada de Narcos-México, de Netflix. En ésta aparece el nombre, la imagen y el personaje del profesor Carlos Hank González. Este prominente político y empresario, quien fuera entre 1969 y 1990 gobernador del Estado de México, regente del Distrito Federal, secretario de Turismo y de Agricultura, es acusado en la serie de ser el creador del narco moderno en México y de tener tratos con los principales narcotraficantes de su época, principalmente con Amado Carrillo, El Señor de los Cielos.
La acusación que se realiza en contra de él es muy seria. A pesar de que la serie inicia con una renuncia de responsabilidad (disclaimer) que dice “esta obra dramática está inspirada en hechos reales. Sin embargo, ciertas escenas, personajes, nombres, biografías, incidentes, situaciones, lugares y cronología han sido ficcionados... cualquier parecido con personas vivas o muertas es pura coincidencia”, en el caso del profesor la plataforma no hace ningún esfuerzo por disfrazar quién es, y le imputa un cúmulo de serias acusaciones; en el pasado han existido algunas esporádicas, y no probadas, de sus vínculos con el narcotráfico.
Los señalamientos en la serie, además de lo personal, involucran a negocios que han dado origen a la fortuna de la familia Hank: propiedades inmobiliarias, líneas aéreas y bancos. Los descendientes del profesor hoy tienen muchos e importantes negocios: Grupo Hermes (energía, infraestructura, automotor, transporte y turismo), Grupo Financiero Banorte y Grupo Caliente (que incluye equipos de futbol, casinos y apuestas online).
Por ello, el daño reputacional que se les hace es severo, pues pone en duda el origen lícito de su fortuna. Ante ello, es de esperarse una fuerte reacción de los Hank en tribunales mexicanos y extranjeros. De no hacerlo, estarían prácticamente aceptando las acusaciones. Netflix es siempre cuidadoso en temas legales. Narcos-México no es la excepción, y se ve que tanto la producción, a cargo de la francesa Gaumont, como la plataforma, tuvieron asesoría legal a detalle. Esto, pues en México, el Código Civil Federal no permite que la acción de reparación de daño sea iniciada por familiares. Por otro lado, Netflix cuidó las imágenes del “profe”, pues sólo usa videos y fotos de él tomadas en lugares públicos, y una acción en materia autoral también se ve difícil.
Netflix quiso hacer un fuerte señalamiento contra la familia Hank, y lo hizo con asesoría legal. Además, quizá tiene documentos inéditos que comprueben lo dicho por las agencias de combate a las drogas de Estados Unidos, por lo que la familia Hank tendrá que hilar fino para avanzar en lo legal, en México o en EU.
Las acusaciones de la serie contra el patriarca de la familia Hank son graves. Será interesante ver cómo se procede en lo legal, pudiendo incluso generar criterios a futuro para las series en plataformas.
Como sea, es una buena serie que vale la pena ver, en donde Netflix deja ver su fuerza en la contratación de talento internacional como Bad Bunny, Wagner Moura, José María Yazpik y Luis Gerardo Méndez. También ha decidido hacer una declaración política de mucho peso, aunque con riesgos legales. Veremos cómo se procede, pero esto puede cambiar la narrativa de una de las familias de mayor abolengo en la política y en los negocios de México, aunque también le dará publicidad adicional.
Cambiando de tema. En la Cámara de Diputados le están quitando al INE 4.9 mil millones de pesos. Sin esos recursos, no hay forma de hacer la revocación de mandato prevista para 2022, que tiene un costo de 3.8 mil millones. ¿Será que desde la 4T no quieren que se realice? ¿O no quieren que la haga el INE?
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