En varios países, la preocupación de la gente por temas económicos y sanitarios, así como bajas tasas de interés, ha hecho que prefiera tener dinero en efectivo a la mano para pagar muchos de sus consumos. Algo similar se vivió en el mundo durante la crisis financiera de 2008-2009.

México es de los países en los que más ha aumentado el uso de efectivo durante la presente crisis sanitaria-económica, sólo rebasado por Rusia.

De hecho, el incremento se empezó a notar en marzo, pero este mes ya explotó: de mayo del año pasado al mismo mes de este 2020, el uso de efectivo ha crecido en 225 mil millones de pesos (16% más), de acuerdo con datos del Banco de México.

Este incremento extraordinario de dinero en efectivo puede estarse dando por cuatro razones combinadas: 1) los recursos que ahora da el gobierno federal en programas sociales se hacen mayoritariamente en efectivo, cuando antes se daban mediante tarjetas bancarizadas (como las pensiones de adultos mayores), con lo que incluso la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) ha alertado que el dinero ahora se gasta más en el comercio informal que en los comercios establecidos; 2) por la incertidumbre que perciben cientos de miles de familias y miles de pequeñas empresas frente a escenarios de gastos imprevistos por cuestiones de salud, o incluso, ante la probabilidad de que se reduzcan o desaparezcan sus ingresos laborales. A eso los economistas lo llaman “motivos precautorios”, pues ante la incertidumbre, la gente prefiere liquidez.

Millones de personas preocupadas   disparan uso de efectivo en México
Millones de personas preocupadas disparan uso de efectivo en México

Como sea, la actual administración tenía un gran plan para bancarizar al país, siguiendo el ejemplo de India, y poder pasar a una economía cashless, lo que ayuda a combatir la evasión fiscal y pone en aprietos al crimen organizado. De hecho, el año pasado, conjuntamente el Banco de México, la CNBV y la Asociación de Bancos de México avanzaron en esta línea con el sistema de cobro digital (CoDi) para hacer cobros y pagos desde celulares, utilizando cuentas bancarias sin comisión alguna, pero ahora los datos arrojan que esa plataforma no avanza y que también se están dejando de usar las tarjetas de crédito y débito.

Todo lo que está sucediendo, incluido el uso de recursos en efectivo del gobierno federal, en un contrasentido, va a complicar que se logre una economía cashless en el mediano plazo. Al contrario, el sector informal crecerá. Quizá lo más importante para poder reducir el uso de efectivo entre la gente y entre las pequeñas empresas es que el gobierno genere un ambiente de certeza. Aligerar, pues, los “motivos precautorios”. Como en ningún otro país de América Latina, el uso creciente de efectivo deja ver que millones de personas en México están muy preocupadas y prefieren tener, literalmente, el dinero debajo del colchón por si se les ofrece.

Twitter: @JTejado

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