El presidente Andrés Manuel López Obrador, entre muchas cifras cuestionables o infundadas que manejó el pasado domingo en su Sexto Informe, señaló que los canales de TV que opera el gobierno federal —22, 11, 14 y 21— tienen sumados entre ellos una audiencia diaria de 7.4 millones de televidentes a nivel nacional. ¿Es esto poco o mucho?

Para empezar, hay que decir que en las métricas que hacen las dos principales medidoras de audiencia, Nielsen-Ibope y HR Ratings, la audiencia “sumada” de los tres canales de televisión federales, más el canal de TV de la CDMX (el canal 21) no suman una audiencia de 7.4 millones. Se quedan al menos 23% por debajo de la cifra reportada por AMLO.

Ahora, ¿cómo se miden cuatro canales de TV gubernamental frente a la TV privada?

Si comparamos, por ejemplo, el canal más “joven” en la TV, el de Cadena 3, de Imagen TV, esa frecuencia tiene por sí sola una audiencia diaria promedio de 7.1 millones de personas. O sea, un solo canal privado tiene 95% de la audiencia de los cuatro canales de TV oficial juntos.

Si, en cambio, comparamos con uno de los canales más vistos en la TV mexicana —el Canal 2, Las Estrellas—, por sí solo tiene a diario, en promedio nacional, más de 20.8 millones de personas que lo sintonizan. Así, Las Estrellas tiene tres veces (282%) más audiencia que los cuatro canales oficialistas juntos.

Para acabar pronto, aun dando por buenas las cifras de audiencia que dio el Presidente de sus cuatro canales sumados, datos que ya dijimos están inflados, no le ganan a ningún canal de la TV privada que opera TelevisaUnivision, TV Azteca o Imagen.

Así que, ni sumando los tres canales gubernamentales del gobierno federal más el de la Ciudad de México le dan batalla a un solo canal de TV privada. La realidad es que cuatro canales agrupados del oficialismo no le ganan a uno solo de la iniciativa privada (IP).

También hay que decir que estos cuatro canales —11, 14, 22 y 21— recibieron este año un subsidio de mil 580 millones de pesos. Así que no sólo poca gente los ve, sino que nos cuestan una fortuna a los mexicanos. No hay nada que presumir.

De igual manera, en las mediciones de audiencia digital que da Comscore, firma global de medición del consumo, en los primeros 10 sitios generadores de noticias tampoco hay ninguno del oficialismo. Tampoco han avanzado en los portales digitales.

Pero el fin de semana, durante el ‘Primer Encuentro Continental de Comunicador@s’, en Palacio Nacional, el argumento de sus convocados era que ya habían “derrotado” a los medios privados. Me parece que las métricas independientes dan cuenta de “otros datos” que no favorecen al oficialismo. De lo contrario, los anunciantes mexicanos e internacionales estarían corriendo a anunciarse en los medios del oficialismo y la monetización que tendrían sería importante. Pero ni una ni otra. Al contrario, en el encuentro esbozaron obligar a plataformas digitales a entregarles dinero con un nuevo marco legal. ¿Para eso quieren la mayoría en el Congreso de la Unión?

Eso sí, hay que destacar que el vocero Presidencial, Jesús Ramírez, es un exitoso comunicador en lo político. De lo mejor que hay. Primero, en los noventas, con pocos recursos, logró posicionar al subcomandante Marcos y lo puso de moda en México y Europa. Años después, eliminó la mayor parte de los recursos oficiales a los medios privados y con las mañaneras y otras acciones comunicacionales, trae al Presidente de la República con una envidiable popularidad que oscila entre 65% y 73%. Un logro mayor para cualquier gobernante en su último año en funciones.

Los medios privados siguen teniendo en México, por mucho, la mayor audiencia. Quizá la conclusión más evidente es que cuando el gobierno se quiere dedicar a actividades de la IP, cuesta caro y sus resultados son malos. Lo mismo aplica para la IP cuando busca meterse en actividades políticas o electorales. ¡Cada uno a lo suyo!

X: @JTejado

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