El presidente Andrés Manuel López Obrador ha revolucionado la política en México. Ha catapultado a su partido Morena —ganándole posiciones electorales que recuerdan al todopoderoso PRI de hace 70 años—, ha logrado una aprobación constante superior a 60%, ha conseguido meter varios temas de justicia social en las leyes y, a dos meses de dejar la Presidencia, asesta varios cambios a la Constitución, con lo que creará prácticamente un nuevo país.

Pero lejos de “fumar la pipa de paz” con sus adversarios, está intentando acabar con varios de ellos. AMLO piensa que su legado pasará a la historia nacional al haber ganado la elección presidencial su candidata, al tener su partido la mayoría en el Congreso de la Unión, al descabezar los órganos cupulares de administración de justicia en México (el PJF) y al contar con varios métodos efectivos para neutralizar las críticas de la prensa nacional y extranjera.

Quizá por ello estamos viendo un inusual exceso de confianza en el Presidente, lo que le está llevando a cometer errores graves, algo poco común, los cuales le pueden dejar un futuro incierto. Dos ejemplos recientes: 1) Ayotzinapa: sabiendo lo litigioso del tema y las deficientes investigaciones que ha hecho su gobierno —lo que obligó a que él las llevara directamente— envió y publicó una carta a los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos que materializa el último eslabón de autoridades locales y federales que han incumplido en dar justicia de lo acontecido, a 10 años de distancia.

Su carta fue tachada por los familiares como un documento “confuso y repleto de inconsistencias”. Los padres de los 43 se llamaron traicionados. ¿Nadie le dijo al Presidente que, con su carta, el Estado mexicano y él acabarán en tribunales internacionales por negación de justicia y violaciones a los derechos humanos? ¿Su Consejería Jurídica no conoce lo que le pasó al expresidente Zedillo por el caso de la masacre de Aguas Blancas (Guerrero) en tribunales norteamericanos? Ese caso consumió muchos de los recursos personales del expresidente y no se zafó de él hasta que, meses después, el Departamento de Estado de EU le ayudó a “cerrarlo”. ¿AMLO va a querer depender ahora de abogados y autoridades extranjeras?

2) Los arrestos de El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López: en la mañanera del viernes pasado, casi 24 horas después de que se dieron los hechos en Sinaloa, la Secretaría de Seguridad federal presentó documentos oficiales inculpando a una avioneta y su piloto de lo acontecido. Junto con estos, también aventaron de manera pública los nombres de un agente de migración, quien habría autorizado la salida del piloto estadounidense, la de un gestor que ingresó el plan de vuelo y la del comandante de la Agencia Federal de Aviación Civil que lo autorizó. Hoy sabemos que todos estos datos y nombres estaban equivocados.

En la mañanera también presentaron información de una aplicación de uso común (Flight Tracker), con una ruta que ahora sabemos no se utilizó para llevar a los dos prófugos a EU. ¿Qué pasó con los costosos radares que tiene el Aeropuerto Internacional de Hermosillo y toda la Secretaría de la Defensa Nacional? ¿Por qué usar una app casera?

Según la prensa extranjera, la avioneta donde sí se habrían llevado a los dos prófugos era un avión bimotor y también habría salido de las inmediaciones del aeropuerto de Hermosillo. Ahí está una de las cuatro comandancias de la Fuerza Aérea Mexicana, es la sede de la Región Aérea del Noroeste. ¿No se dieron cuenta de nada los militares? ¿No pudieron haberle dado una presentación más formal a su comandante?

¿En el gobierno ya se dieron cuenta de que la estrategia legal de los abogados del Mayo Zambada es argumentar el secuestro de su cliente, en México, por parte de extranjeros, para llevar el juicio por violaciones a tratados de extradición? Es algo similar a lo que se argumentó para echar atrás el juicio de otro prófugo de la DEA, en 1990, Humberto Álvarez Machain y que llegó hasta la Suprema Corte de EU con la doctrina Ker-Frisbie. ¿Saben en Palacio Nacional que con lo dicho se va a buscar que comparezcan en juicios el Presidente y su secretaria de Seguridad? Ayer pareció que hubo un poco de control de daños al remitir la secretaria y el Presidente todas las preguntas a la FGR. Pero los errores que cometieron el viernes les pueden ocasionar varios dolores de cabeza.

El Presidente de México merece más cuidados legales por parte de su equipo: se le está exponiendo de manera innecesaria.

X: @JTejado

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