A raíz de la elección presidencial del 20 de octubre en Bolivia, en la que Evo Morales resultó ganador —por cuarta ocasión—, pero con especialistas bolivianos e internacionales, incluida la Organización de los Estados Americanos (OEA), señalando una caída del sistema computacional y un fraude electoral, inició una serie de conflictos internos que llevaron al primer presidente indígena a renunciar después de un mandato de 13 años. Asimismo, México le recibió en calidad de asilado político.

Cuando Evo era aún presidente denunció, el 8 de noviembre, que en su país se estaba orquestando un ‘golpe de Estado’ con apoyo internacional.

Dado que Bolivia apenas tiene una población de 11 millones de personas, Twitter no registra Trending Topics (TTs) a nivel país. Sin embargo, a partir del supuesto intento golpista —y de manera por demás inusual—, del sábado 9 al lunes 11 de noviembre se emitieron 10 millones de tuits a nivel mundial, con un alcance de 330 millones de personas. Esto es el equivalente al total del número de usuarios activos que tiene Twitter, lo cual es poco común dado el poco uso de esa red social en Bolivia, como se mencionó anteriormente.

De hecho, estos niveles de conversación digital se mantuvieron por varios días, registrando la llamativa cantidad de nueve TTs mundiales.

Los ejes principales de conversación giraron en torno a la denuncia del intento del golpe, la auditoría de la OEA —que concluyó que hubo irregularidades en el proceso electoral— y el llamado de Morales al diálogo.

Desde fuera de Bolivia, la salida del exmandatario tuvo un fuerte posicionamiento pro Evo. En particular, por parte de algunos medios públicos de tendencia oficialista: principalmente Telesur, de Venezuela, y Russia Today en sus versiones en español e inglés. De acuerdo con un reporte de la herramienta Xpectus, del 9 al 15 de noviembre, estos dos medios tuvieron una operación sesgada a favor de Evo y una cobertura digital que ocupó más de 60% de la participación en todas las redes sociales. Desde sus plataformas lanzaron mensajes como “Evo Morales denuncia golpe de Estado” y “Líderes mundiales condenan golpe de Estado en Bolivia”.

En el mismo sentido, después de la renuncia del expresidente, estos dos medios dieron prioridad informativa a acrecentar las manifestaciones masivas contra la nueva presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez y a denunciar una ‘masacre’ en ese país.

Contrasta la cobertura digital de otros medios más reconocidos en el mundo, mismos que dieron un tratamiento principalmente neutral/informativo al caso Bolivia. El mismo reporte digital señala que The New York Times, BBC, CNN, El País o agencias como Reuters y AP, únicamente alcanzaron, entre todos ellos, 35% de la participación digital mundial.

Por su parte, tanto los medios estatales bolivianos —Bolivia TV y Radio Patria Nueva— como las televisoras privadas más importantes de Bolivia —Red Uno y Unitel— sufrieron ataques en sus instalaciones, con lo que sus trabajadores se vieron forzados a abandonar las transmisiones en repetidas ocasiones. Derivado de ello, buena parte de la información que se manejó en el mundo sobre Bolivia surgió de redes sociales y medios internacionales, destacando la operación propagandística digital de Telesur y Russia Today. La cobertura de ambos fue tan efectiva que minimizó la de otros medios internacionales, a pesar de tener mayor credibilidad.

Cabe señalar que tendencias de búsqueda a nivel mundial en Google Trends muestran que el caso Bolivia tuvo una especial atención en América Latina. Bolivia, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Argentina, Chile y México fueron los países que más búsquedas realizaron al respecto. Todos ellos, países que han tenido proclividad hacia gobiernos de izquierda.

En México, una vez confirmado que Evo Morales dimitió a la presidencia y el gobierno de López Obrador hizo oficial su propuesta de asilo, nuestro país se convirtió en un actor relevante en la conversación digital, misma que ha generado hasta el momento más de 60 TTs nacionales, de los cuales 61.2% son tendencias informativas, 24.5% de apoyo al político boliviano y 14.3% en su contra.

Sin embargo, se observa una gran polarización a nivel nacional por esta decisión, siendo el presidente López Obrador el más cuestionado y castigado por la opinión pública digital, a pesar de los intentos de su administración de justificar las razones por las que se recibió a Evo.

Sólo en la última semana, la actitud de la conversación en redes hacia el mandatario mexicano ha sido 51% negativa y únicamente 2% positiva (el resto siendo informativa/neutral). Los negativos digitales son muy similares al rechazo que encuestas han mostrado respecto a dar asilo a Evo: Reforma reportó 58% de rechazo y Massive Caller 62%, con lo que, hasta ahora, la medida del asilo a Evo no ha sido bien recibida.

De hecho, a diferencia de lo que normalmente ocurre con el presidente López Obrador, quien goza de altos niveles de aceptación en Twitter, usuarios lanzaron críticas por ofrecer un trato privilegiado a Morales.

Sin duda, el asilo político a Evo Morales seguirá dando de qué hablar y sólo el tiempo dirá si la decisión tomada fortalecerá al gobierno o se sumará a los frentes abiertos que en las últimas semanas han mermado la aprobación hacia el presidente López Obrador.

En el plano internacional, la posición de México también ha abierto frentes. En la sesión de la OEA en donde se abordó la crisis boliviana, la posición de nuestro país sólo tuvo el apoyo de Nicaragua y Uruguay.

Así, en lo internacional parecemos aislados y, a su vez, el efecto Bolivia parece haber asegurado la reelección de Luis Almagro como secretario general de la OEA, al haberse opuesto al fraude electoral y, sus expertos, haber descubierto cómo se realizó éste a través del sistema de cómputo.

Si bien, dadas las tendencias mundiales en redes sociales, parecería que las decisiones del gobierno de la 4T han sido las correctas, desde un punto de vista de percepción, un vistazo más de cerca deja ver que el asilo a Evo resta puntos en las mediciones digitales y en las encuestas nacionales. Y, a su vez, en el frente internacional la posición mexicana ha contado con poco apoyo. La situación en Bolivia es cambiante e inestable, por lo que la percepción de la opinión pública mexicana podría mejorar, pero hasta ahora la apuesta no ha dado réditos. Al contrario, ha restado.

Twitter: @JTejado

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