El fin de semana se anunciaron importantes cambios en la TV nacional que deben entenderse en un amplio contexto y no dejan de ser reveladores. Empecemos por lo político: la “salida” de Azucena Uresti de Milenio TV.

El pasado viernes, de manera sorpresiva, la periodista Uresti emitió su último informativo a las 10 de la noche. Todo el programa se dedicó a hacer una recapitulación de sus logros periodísticos —no pocos—, y en la TV y en su cuenta de X dejó sembrada la frase de que se iba por las “circunstancias actuales”. De inmediato, las redes sociales acusaron censura oficial y dos horas después del anuncio, hacia la medianoche del viernes, cuentas pro oficialistas empezaron a denostarla. Entre los atacantes y sus defensores, los conceptos “Azucena”, “Milenio” y “Aristegui” se convirtieron en tendencia nacional todo el fin de semana, incluido ayer, lunes, con un alcance de 8 millones de personas. ¿Qué pasó en realidad? ¿Fue echada de Milenio TV por instrucciones del gobierno?

La información recabada permite reconstruir que los dueños de Milenio, la familia González, se sintieron presionados por el gobierno federal y, aunque nadie les pidió la “cabeza” de Azucena, decidieron usar como pretexto que ella tendría un cambio de horario en su programa radiofónico en Radio Fórmula (pasando de las 6 pm a las 7 am), lo que no es una causa, en realidad. Ante la crisis en redes sociales, el sábado al mediodía, Milenio salió con un comunicado tratando de explicar que la salida era de “mutuo acuerdo”. El comunicado acrecentó el debate.

La familia González, los “Panchos”, como se les conoce amistosamente, estaban no más presionados de como lo están el resto de los medios y los periodistas que, a menudo, y más ahora que estamos en campañas electorales, el Presidente intenta bullear de manera abierta desde su Mañanera. No es la primera vez que desde Milenio se prescinde de periodistas para no incomodar al régimen (o buscar beneficios). Sí, es una censura indirecta que deja mal parados al Presidente y a los dueños de la concesión. Pero muchos dueños de medios concesionados no se han dejado presionar y han mantenido la libertad para sus periodistas: Televisa/N+, Radio Fórmula, ACIR, Radiópolis, MVS y Radio Centro (en particular por Carmen Aristegui), son ejemplos de ello.

Por su parte, Azucena Uresti va a usar esta ambigüedad para posicionarse en el nuevo espacio que tendrá en Radio Fórmula a partir del 5 de febrero. Remarco este espacio pues, si fuese censura oficial abierta, no podría estar tres horas en la radio mexicana cada mañana. Así, mientras Milenio optó por ser acomodaticio al poder, Fórmula apostó por un juego de equilibrios haciendo un rebalanceo de periodistas, manteniendo a algunos críticos y trayendo a algunos afines a la 4T. Un juego inteligente, por parte de Jaime Azcárraga, que busca le reditúe en buena audiencia.

En lo deportivo también hay cambios inesperados. Luego del éxito de Tercer Grado Deportivo (TGD) de N+, programa que logra en promedio juntar más de 3.2 millones de personas cada lunes en la noche, otras empresas han decidido avanzar en formatos similares. MVS Radio acaba de iniciar un programa similar y hasta con algunos de los comunicadores de TGD. Así, MVS, de la familia Vargas, está apostando por una producción propia y por ello desplazó los deportivos de Claro Sports, que lleva en México José Aboumrad, pero éstos, dado que son competitivos, encontraron pronto cabida en la W de Radiópolis.

Y también, en temas deportivos/mediáticos, ESPN ya no dejó seguir participando a Javier Alarcón en TGD. Y es que justo a las 11 pm ESPN transmite su programa estelar deportivo Futbol Picante, y ver que su talento estaba a la misma hora en Las Estrellas y ViX, les hacía ruido y hasta afectaba su rating. Pero Alarcón perderá el espacio más visto en materia de análisis deportivo en México. Estos ajustes seguramente harán que Fox Sports también realice ajustes.

Así, N+, MVS, Radiópolis, Claro Sports y ESPN están avanzando sus programas y moviendo comunicadores para consolidarse en el lucrativo negocio de los deportes, en un año donde tendremos Olimpiadas y a dos años de un Mundial en el que México será sede.

Regresando a lo político, habrá muchas presiones para medios y comunicadores de ambos lados, tanto del gobierno como de la oposición. Lo que se disputa es el poder. Seguiremos escribiendo.

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