Imagina que debes tomar una decisión crucial para el rumbo de tu vida. Tienes dos opciones: recibir asesoría y supervisión de un vecino o compañero, o de un representante del gobierno en turno. ¿En quién confías? ¿Quién crees que velaría por tus intereses?
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Cultura Cívica, más del 50% de la población confía en sus vecinos, más del 10% de los que confían en el gobierno.
Y esta premisa es la esencia del INE, antes IFE: que los ciudadanos sean quienes llevan a cabo gran parte del proceso electoral. Que sean tus vecinos —amigos, familiares y compañeros— quienes cuentan los votos y vigilan las urnas. Que el gobierno no sea juez y parte del proceso que decide a los próximos gobernantes.
El presidente habla de que el INE se ha alejado del pueblo y de la democracia. Sin embargo, las elecciones organizadas por ese organismo son el momento donde más vemos la unión del pueblo: familiares que destinan parte de sus fines de semana a capacitarse o compañeros de edificio que se desvelan contando los votos, por ejemplo.
Además, el INE ha trabajado en materia de paridad de género, representación de las minorías e igualdad de oportunidades con la asesoría de universidades públicas, institución en la que más confían en los mexicanos, de acuerdo con la misma Encuesta Nacional de Cultura Cívica.
Y el INE es y ha sido un gran impulsor de nuestra democracia. Es más: las formas y estructuras del INE —con el respaldo y voto del pueblo— ayudaron a la alternancia política, ayudaron a que subieran al poder la gran mayoría de los políticos que hoy lo acusan de antidemocrático.
En palabras del Papa Francisco: debemos comprender que el sistema democrático siempre es perfectible, pero siempre debe ser capaz de salvaguardar la participación de los ciudadanos.
Y es imposible negar que el INE como el institución es perfectible; sin embargo, el tomar una tarea tan indispensable de la democracia (como lo es la organización y gestión de las elecciones), para incluir intereses partidistas pone en riesgo la libertad que el partido en turno tanto busca defender.
Por eso, defender la autonomía del INE es también defender nuestra democracia.
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Director de Comunicacion de la Arquidiócesis Primada de México
Contacto: @jlabastida
