Este miércoles 17 de febrero inicia la Cuaresma, tiempo en el que la Iglesia católica pide a sus fieles prepararse para la fiesta de la Pascua, corrigiendo todo aquello que no le permite caminar conforme a lo que Dios les pide como miembros de su Pueblo.
La Cuaresma dura 40 días, durante los cuales los fieles realizan algunas prácticas que les ayudan a cumplir con su propósito de cambio: el ayuno y la abstención, que los lleva a compartir lo suyo con el prójimo; la penitencia, que les ayuda a fortalecerse contra la tentación y a recordarse necesitado de Dios, y las obras de caridad, practicando el amor a ejemplo de Jesucristo.
Este tiempo litúrgico inicia el Miércoles de Ceniza. Cada año es común, en este día, ver los templos llenos de fieles que acuden para que se les imponga la ceniza, que constituye un signo externo y visible de la penitencia interior de los cristianos.
Debido a la pandemia por Covid-19, este Miércoles de Ceniza se vivirá de forma muy diferente, pues prácticamente todas las diócesis del país han coincidido en establecer las mismas medidas para evitar aglomeraciones en el interior de los templos.
Estas medidas van desde la difusión de contenidos formativos para explicarle a los fieles que no es obligatorio recibir la ceniza, hasta la distribución de ceniza en pequeñas bolsitas o conos de papel para que ésta se imponga en casa, sin correr ningún riesgo.
Pese a estas campañas, sigue habiendo muchas inquietudes, pues para los mexicanos el inicio de la Cuaresma es una tradición muy arraigada. Por esta razón, es importante recordar las dos formas que ha establecido la Iglesia para recibir la ceniza en este tiempo de pandemia.
Por ejemplo, los fieles que no pertenecen al la población vulnerable, podrán acudir a los templos, respetando el límite de personas y las medidas sanitarias. Para ello, la Santa Sede ha establecido también un protocolo a fin de evitar cualquier contacto entre el ministro y los asistentes. Quienes acudan a los templos, sin duda, serán los menos.
La gran mayoría de los fieles vivirá el Miércoles de Ceniza en casa. Para ello, varias diócesis del país comenzaron a repartir bolsitas con ceniza bendita desde el pasado domingo 14 de febrero, y distribuyeron pequeños manuales con oraciones para que se pueda imponer en familia sin la presencia de un ministro.
Algunos más, que no ha podido obtener de esta manera la ceniza, harán la suya, lo cual, cabe mencionar, no está prohibido por la Iglesia, pues la ceniza es un sacramental (no un Sacramento), y por lo tanto, no requiere de la presencia de un sacerdote ni de los fieles.
Para elaborar la ceniza, los fieles podrán utilizar los misales u hojitas dominicales que ya no ocupan, imágenes religiosas deterioradas, así como ramos benditos de otros años. En la Arquidiócesis de México se ha exhortado a las familias a que, en pequeñas hojas, los miembros escriban aquello de lo que le quieres pedir perdón a Dios. Todo esto se quema dentro de un frasco para obtener la ceniza.
Y para bendecir la ceniza, basta pronunciar en familia una oración que se está difundiendo, o bien, participar en alguna Misa virtual donde se bendiga a distancia.
En este contexto, es importante insistir a los fieles católicos que la imposición de la ceniza no es obligatoria ni necesaria para la salvación; incluso, a las personas que se encuentran angustiadas por la dificultad de recibirla, la Iglesia les recuerda que, para suplir este signo, pueden realizar alguna obra de misericordia.
En el fondo, lo que busca la Iglesia al ofrecer toda esta gama de opciones, no sólo es el bien corporal de los fieles al reducir las probabilidades de contagios en los templos, sino también su bien espiritual, al regresar a lo fundamental, a entender el verdadero sentido de la ceniza que conlleva un compromiso de conversión; pero también, a recordar el verdadero sentido de la Cuaresma como tiempo de preparación para la fiesta de la Resurrección, que le da pleno sentido a la vida de todo cristiano.
*Director de Comunicación de la Arquidiócesis Primada de México
Contacto: @jlabastida