La Iglesia Católica ha dado varias señales en las últimas semanas de que estará muy activa durante el proceso electoral que vivimos en México, y también ha dejado ver cuál será la postura que estará compartiendo con los fieles.
Este posicionamiento no va por el camino de apoyar a algún candidato o partido político, sino más bien, de tomar como base la nueva encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti (Hermanos todos), que abunda, entre otros aspectos, en los desafíos de la política actual, y en la que el Papa explica que, para desarrollar una mejor política, es necesario promover una vida digna a través del trabajo, una organización eficiente y superar los intereses individuales o de grupo.
En estos días, Monseñor Rogelio Cabrera, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, ha lanzado un fuerte llamado a los obispos del país: “Frente al poder económico y político, no podemos tener ni silencios temerosos, ni estridencias belicosas. Comprometámonos a construir juntos una mejor política puesta al servicio del verdadero bien común, con visión amplia y en diálogo con otros para afrontar los diversos aspectos de la crisis que vivimos”.
Monseñor Cabrera ha sido muy contundente en pedirle a los obispos, sacerdotes, religiosos, seminaristas y laicos comprometidos que la Iglesia aporte luces y propuestas, y no solo quejas y críticas. No se trata de una invitación a faltarle el respeto a la clase política, sino de orientar a la comunidad para ejercer de la mejor manera su derecho al voto.
También la publicación católica Desde la fe ha llamado a los ciudadanos a reflexionar su voto pensando en aquellos candidatos que den muestra de una clara capacidad para el gobierno y la gestión pública en asuntos determinantes para la vida nacional y el futuro del país, y enlista siete prioritarios: la familia, el respeto a la vida, la libertad religiosa, la seguridad pública, la educación, la salud y el respeto a las instituciones.
Para concluir, me permito retomar una reflexión que realizó recientemente el Cardenal Carlos Aguiar, Arzobispo Primado de México, durante un Facebook Live con fieles para explicar la encíclica ya mencionada del Papa Francisco: “El discernimiento de un político o estadista no debe ser en torno a las preguntas ¿cuántos me aprobaron?, ¿cuántos se hicieron de una imagen positiva de mí? o ¿cuántos votaron por mí?, sino, ¿en qué hice avanzar al pueblo?, ¿qué lazos construí?, ¿cuánto amor puse a mi trabajo? y ¿cuánta paz social sembré?”
El mensaje es claro: no necesitamos de campañas ruidosas por su mercadotecnia, sino de propuestas que nos lleven a trabajar unidos por el bien común, recuperar los valores que hemos perdido y crear puentes que impulsen a los más desprotegidos para desarrollar una sociedad más justa.
Director de Comunicación de la Arquidiócesis Primada de México
Contacto: @jlabastida