El artículo publicado recientemente en el respetable periódico El Universal, titulado "España y El Sahara. La reconfiguración de las alianzas estratégicas en Europa", es un reflejo indirecto de la ofensiva marroquí en México por su firme defensa a la autodeterminación en el Sahara Occidental y peca mas bien, de poco rigoroso y por hallarse plagado, de imprecisiones históricas, jurídicas y de tipo económico, sobre la pendiente descolonización del Sahara Occidental y la más que cuestionable relación de España con dicho territorio y sus habitantes a partir de su abandono e inmediata ocupación militar por Marruecos.

Es por ello y para contextualizar que convendria recordar al estimado lector ciertas realidades incuestionables y que no ameritan ninguna reinterpretacion de la historia. En 1979 el Consejo de seguridad de la ONU en su resolución (A/RES/34/37), afirma que, "deplora profundamente la agravación de la situación, como consecuencia de la persistente ocupación del Sahara Occidental por Marruecos y de la ampliación de esa ocupación al territorio recientemente evacuado por Mauritania". “Pide encarecidamente a marruecos a participar en la dinámica de paz y ponga fin a la ocupación del territorio del Sahara Occidental”.

Pero cuatro años antes, el 16 de octubre de 1975, el propio Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, había llegado a las siguientes conclusiones, también irrefutables:

Lo primero, que “ni los actos internos, ni los internacionales en los que se basa marruecos, indican, en el periodo pertinente, la existencia o el reconocimiento internacional, de vínculos jurídicos de soberanía, entre el territorio del Sahara Occidental y el Estado marroquí. Incluso teniendo en cuenta la estructura específica de ese Estado, no muestran que marruecos ejerciera, ninguna actividad estatal, efectiva y exclusiva en el Sahara Occidental”. Y,

La Segundo, que “por tanto la Corte no comprobó que existieran vínculos jurídicos capaces de modificar la resolución 1514 (XV), en lo que se refiere al Sahara Occidental y, en particular, a la aplicación del principio de libre determinación mediante la expresión libre y auténtica de la voluntad de las poblaciones del territorio”.

Salvo el autor del citado artículo, nadie en el mundo, con un mínimo de rigor, pone en duda que la cuestión del Sahara Occidental es, una cuestión de descolonización, cuya solución por consiguiente, pasa obligatoriamente por el respeto escrupuloso del derecho inalienable del pueblo saharaui en la autodeterminación e independencia.

Dicho lo cual, denominar eufemísticamente “diferendo”, a lo que la ONU califica directamente de ocupación o es ignorancia supina, o son ganas de ejercer una contorción lingüística de alto riesgo, para al final acabar amoldándose a una tesis que por mucho que se estira, nuca será realista, porque falta a la verdad. Defender de forma interesada las tesis marroquís sobre su ilegal ocupación al Sahara Occidental, es una cosa, pero pervertir la esencia misma de los movimientos de liberación nacional auténticos, tanto como para aventurar que, el Polisario se había fundado nada menos, que para “adherir el territorio saharaui a Marruecos”, es otra bien distinta.

Luego, recurrir al fácil argumento de la guerra fría como excusa, para justificar en pleno siglo XXI que marruecos ocupe por la fuerza de las armas un territorio que nunca le perteneció- como acabamos de citar en el dictamen del Tribunal de la Haya- es tanto como decir, que el mantenimiento del colonialismo europeo, era necesario para además de civilizar a los pueblos africanos y latinos que exigían la emancipación, garantizaba una suerte de “alianza estratégica” aunque fuera una lacra de crimen repudiable acaecido en el XIX, del cual la ocupacion no es más que la extensión natural. Lo que me acerca a la memoria, una vieja anécdota acaecida en un país vecino, que como su presidente caminaba charro, tras haber propuesto una reforma constitucional, que no pudo adecuar a sus intereses personales, la prensa del siguiente día titulaba que "si la constitución caminara, fuera charra". Pediría al profesor de la UNAM, que aunque sea en mérito de la sensibilidad, no charrea tanto la historia y menos, la legalidad, más que nada por respeto a las miles de víctimas de asesinatos, torturados y desaparecidos saharauis, a los largo de más de cuatro décadas en el Sahara Occidental y a la de millones de africanos y latinoamericanos que han ofrendado sus vidas en contra del colonialismo.

Sobre Argelia, país al que el autor le atribuye varias veces un supuesto “declive” que no alcanza explicar y con una supuesta necesidad imperiosa de una “salida al mar” para sus recursos, invitaría al lector a un pequeño esfuerzo de fijación en algún mapa que tenga a mano, para darse cuenta que dicho país, posee cientos de kilómetros de costa mediterránea. Su “declive”, es tan pronunciado, que es el tercer suministrador de energía a Europa. Ello sin detenernos en la burda afirmacion de que Argelia necesita desviar sus gaseoductos hacia el sur para luego sacarlos hacia Europa, cuando la separan menos de treinta kilómetros del mercado europeo. Al cual por cierto, bombea con tres gasoductos en activo: el Medgas que entra por Almería, España y dos más, por Italia. El cuarto, El Maghreb-Europa y que discurría a Europa en su paso por marruecos desde 1996 y del cual Marruecos sacaba generosas mordidas, fue cancelado en 2021, ante la prescripción del contrato y la evidente hostilidad marroquí hacia Argelia, que condujo al enfriamiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países.

Si a lo anterior, sumamos el acuerdo firmado el pasado 16 de febrero entre Nigeria-Níger-Argelia del Gasoducto Transahariano en el marco del Foro de Economía y Petróleo de las Comunidades Económicas de los Estados de África Occidental ECWAS, es bastante probable certificar el declive morta de Argelia. El gasoducto transportará 30 mil millones de metros cubicos de gas al año desde Nigeria, Argelia y Níger a los mercados europeos a través de la estratégica costa mediterránea de Argelia, así como a estaciones interiores de suministro a lo largo de su ruta y permitirá a Europa, aprovechar directamente las reservas de gas natural de los tres países, diversificando así su suministro a raíz de la actual crisis energética, al tiempo que crea fuentes críticas de ingresos para los mercados de gas africanos.

Pero ese pequeño matiz, no parece cobrar para el autor la mínima importancia, dada su propia concepción de la “reconfiguración estratégica”.

Seguir pues en la lógica de la guerra fría, es lo que hace que marruecos y sus desafortunadas plumas, no entiendan por qué Argelia y México apoyaron y siguen apoyando algo tan elemental y universal como obvio, consistente en que en el respeto al derecho ajeno está la paz.

Y no lo entienden, porque se omite de forma interesada que marruecos, es el único país del mundo que tiene problemas en todas sus fronteras, consecuencia que la consagran, nada menos que en su propia constitución alegando “fronteras auténticas”; entiéndase, elásticas a los cuatro puntos cardinales, lo que le ha conllevado a un permanente litigio con todos sus vecinos y por tanto a ser una nación fuente de tensiones en la región. Al norte con España por lo que denominan las “ciudades ocupados” de Ceuta y melilla y coladero para el uso de la emigración y la introducción de drogas, como herramientas de chantaje político permanente; al sur con el Sahara Occidental, violentadas sus fronteras por una ocupación militar; al oeste cerradas por los persistentes intentos de desestabilización a Argelia y al Este, hacia el mar de Canarias, donde además de apropiárselo de forma unilateral, yacen miles de marroquís que huyen, de la maravilla miseria de país, que algunos nos quieren presentar, como el paraíso terrenal de la justicia y las libertades que es Marruecos.

Que el presidente del gobierno español, haya cedido al chantaje de Marruecos con el uso de la emigración irregular, es todo menos realista. No es casual, que todas las fuerzas políticas incluido el partido de coalición de gobierno, rechazaron pública y oficialmente el giro dado por Pedro Sánchez a través de una Proposición no de Ley aprobada en el congreso, el mismo día que el jefe del gobierno español realizaba visita al rey de marruecos. En cualquier otro país serio, una claudicación de estas característica, llevada en secreto, contrario a la legalidad internacional y con el voto en contra de todas las fuerzas políticas y el rechazo de la sociedad, no hubiera progresado y menos, sería un motivo de orgullo de país, que no lo es.

La España democrática, al ceder al chantaje marroquí como hizo la España militar de 1975 en relación al Sahara Occidental, pone en entre dicho su propia integridad territorial, su prestigio y abandona la posibilidad de participar de modo imparcial en la solución final de un problema, cuyo inicio, le atañe exclusivamente. Ubicar ese salto al vacío en una “reconfiguración de alianzas y de seguridad”, al margen del derecho internacional y del principio de autodeterminación de los pueblos, es cuanto menos, no solo un aventurismo insostenible desde el punto de vista ético sino, dado el currículo de voracidad expansionista de un régimen feudal como el marroquí- y de eso los saharauis sabemos algo- está por ver, cuánta dosis de alianza y cuanta de seguridad, comporta para España el mortal abrazo de Sánchez a la hiedra.

-Mujtar Leboihi Emboiric, Ministro Consejero Encargado de Negocios en la Embajada de la República Árabe Saharaui en México.

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