2025 será un año especial para la Iglesia Católica, pues marca el inicio de un Jubileo ordinario convocado por el Papa Francisco. Un Año Jubilar o Jubileo ocurre cada 25 años y tiene como propósito renovar la fe, propiciar la reconciliación y fomentar la unidad entre los fieles, llamándolos a reflexionar sobre su vida espiritual y su compromiso con los valores cristianos. Este Jubileo también ofrece indulgencias plenarias a quienes cumplan con ciertos requisitos, como la confesión, la comunión y la oración por las intenciones del Papa.
El Año Jubilar 2025 lleva por nombre “Peregrinos de esperanza”, y, como bien indica su lema, busca renovar la esperanza en un mundo marcado por profundas divisiones, conflictos armados, desigualdad social, y las consecuencias de una emergencia sanitaria global que dejó huellas tanto en la economía como en la salud mental de millones de personas. Este Jubileo se presenta como un llamado a la reconciliación, la solidaridad y el compromiso por construir un futuro más justo y esperanzador.
Uno de los eventos más significativos y esperados es la apertura de las Puertas Santas. Estas puertas, presentes en las basílicas papales de Roma, solo se abren durante los Años Jubilares, y su simbolismo es profundo: representan la entrada a una nueva vida de fe, reconciliación y misericordia. Cruzarlas no es solo un acto físico, sino un gesto espiritual de renovación, indicando la disposición del creyente a dejar atrás el pecado y abrirse al amor y perdón de Dios.
En 2025, estas puertas se abrirán en las principales basílicas papales de Roma: la Basílica de San Pedro en el Vaticano, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros. La última vez que se vivió este evento fue en el Jubileo del año 2000, convocado por el Papa Juan Pablo II.
En esta ocasión, además de la apertura de las Puertas Santas tradicionales, el Papa Francisco incluirá un gesto de gran significado al abrir personalmente una Puerta Santa en la cárcel de Rebibbia, como un acto de cercanía y esperanza para los privados de libertad. Este gesto refleja su constante llamado a no olvidar a quienes viven en los márgenes de la sociedad.
En todo el mundo, las catedrales y principales santuarios también participarán de esta celebración abriendo sus puertas centrales como símbolo de unidad con la Iglesia universal. En México, por ejemplo, la Catedral Metropolitana abrirá su puerta principal el próximo 29 de diciembre, invitando a los fieles a unirse en oración y reflexión durante este tiempo de gracia.
El Año Jubilar 2025 será, además, una oportunidad para que los fieles realicen peregrinaciones, una práctica que ha sido parte de la tradición católica durante siglos. Estas peregrinaciones, que pueden realizarse tanto a Roma como a las catedrales y santuarios locales, representan un camino espiritual en el que los creyentes buscan acercarse más a Dios, fortalecer su fe y renovar su esperanza.
El Jubileo culminará con un evento solemne el 6 de enero de 2026, cuando se cerrará la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Este acto marcará el fin de un periodo extraordinario de gracia, reconciliación y esperanza, pero también será un recordatorio de que el llamado a vivir en comunión con Dios y con los demás continúa en la vida diaria de cada cristiano.
Director de Comunicación de la Arquidiócesis Primada de México
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