“¿De qué sirve orar?”, se preguntan muchas personas, especialmente las que no crecieron con un apego a la religión. Y es una pregunta difícil de responder, pues no es fácil entender que la oración no funciona como una lámpara mágica a la que le dices lo que deseas y mágicamente se te concede.
Sin embargo, orar es el acto de amor más poderoso que podemos ofrecer las personas de fe. Con una oración pedimos fortaleza para los débiles y consuelo para los tristes. La oración es capaz de cambiar al mundo porque mueve corazones.
¿De verdad puede cambiar el mundo? Quienes somos creyentes afirmamos que sí. Recientemente, el mundo se conmovió con la historia de Damar Hamlin. El joven jugador de los Buffalo Bills sufrió un paro cardiaco durante un partido de la NFL y se debatió entre la vida y la muerte por casi una semana.
¿Cómo reaccionaron sus familiares, amigos y compañeros de equipo ante la impotencia de un diagnóstico médico poco prometedor? Motivando cadenas de oración. De acuerdo con el reportaje “Las oraciones por Damar Hamlin revelan el vínculo entre el futtbol americano y la fe“ del New York Times, el capellán de los Bills organizó la primera oración en la cancha, donde sus compañeros, hincados y abrazados, clamaron a Dios por la salud de Hamlin.
A inicios de esta semana, se dio a conocer que el estado de salud de Hamlin ha mejorado considerablemente contra todo pronóstico. Se ha comunicado con sus compañeros a través de una videollamada, ya no necesita el respirador artificial y sus funciones neurológicas no han tenido ninguna variación. El atleta utilizó su cuenta de Twitter para mandar mensajes de agradecimiento a los que oraron por él.
Quienes somos creyentes sabemos que la oración es el mejor regalo que podemos ofrecer cuando nos sentimos incapaces de hacer una diferencia. Cuando un problema nos supera, confiamos en que existe un poder superior que tomará acciones hacia un bien superior.
Pero incluso quienes no creen en Dios pueden beneficiarse del sentido de unidad y comunidad que genera orar por una causa en común. Unirse en una sola voz, a través de la oración, es un acto de amor que no es exclusivo de los momentos tristes o desoladores.
Durante el Mundial de Qatar 2022, la Selección de Ecuador celebró los dos goles que anotaron en el juego inaugural hincados en un círculo y levantando las manos hacia el cielo, en agradecimiento a Dios. Porque la oración también es agradecimiento, un momento para sentirnos cercanos al prójimo y una forma de recordar que no estamos solos.
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