La Iglesia en México está celebrando 500 años de historia. En 1523, tres frailes franciscanos llegaron a México para evaluar el territorio y sentar las bases de la difusión de la fe católica en el continente americano.
Así, en 1523 comenzó una historia de encuentro de culturas, costumbres y tradiciones que se sigue escribiendo. Porque los nativos mexicanos adoptaron tradiciones de la fe traída de España, pero la religión católica también se enriqueció de los pueblos originarios. ¿El resultado? Un país con fiestas patronales llenas de danzas y rezos en distintos idiomas, pero no por eso menos católico. La fe mexicana es única en el mundo y no puede entenderse sin medio milenio de historia.
Gracias a este proceso de inculturación surgió una hermosa transformación que hoy vemos reflejada en platillos, historias, escuelas y universidades. Gracias a la llegada del Evangelio nacieron poblados y ciudades; florecieron estilos arquitectónicos y artísticos, que le dieron identidad a lo que hoy es México.
En medio de este proceso fue que ocurrió uno de los eventos determinantes para la evangelización en México y todo el continente: las apariciones de la Virgen de Guadalupe.
En 1524, comenzaron las misiones franciscanas para evangelizar la región, que llamaron “Provincia del Santo Evangelio”; cuatro años después, en 1528, llegó Fray Juan de Zumárraga, el primer obispo de la Diócesis de México, que hoy conocemos como Arquidiócesis Primada de México. Todo obispo que le sucede —actualmente el Cardenal Carlos Aguiar— tiene la importante misión de continuar con ese camino de evangelización, pero adaptando la tradición de la Iglesia a los tiempos modernos.
A 500 años de que se pusiera la primera piedra de lo que hoy es una de las diócesis más grandes del mundo por cantidad de fieles, es importante preservar la memoria histórica, pero también celebrar la trascendencia de la Iglesia en este territorio.
Desde hace cinco siglos, la Iglesia Católica ha sido una importante impulsora de la educación sin distinción de clases sociales. Por ejemplo, Fray Pedro de Gante, uno de esos primeros frailes que llegó en 1523, fundó el primer colegio en México, que enseñó artes y oficios. Esta labor social se extiende hasta nuestra época: varios templos de la Arquidiócesis de México son refugios para personas sin hogar y espacios de recreación y aprendizaje al alcance de todos.
Quienes somos creyentes estamos convencidos de que vivir de acuerdo al Evangelio es sinónimo de alegría y plenitud. Evangelizar no es imponer creencias, sino compartir de qué forma la fe puede llevarnos a la felicidad máxima y vivir en el amor de Cristo. Esa es la gran trascendencia de 500 años de la fe católica en México.
Recomendación: Para conmemorar este evento, la Parroquia de San Sebastián Atzacoalco, ubicada en República de Bolivia 46 esquina Rodríguez Puebla, colonia Centro, abrirá un museo que se podrá visitar a partir del domingo 16 de julio. La exposición narra diversos eventos de gran trascendencia para la Arquidiócesis de México. El museo estará abierto de martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas.