Es el segundo año que viviremos la Navidad en el contexto de la pandemia de covid-19. El año pasado, en uno de los picos más altos de la pandemia, nos vimos obligados a reevaluar el sentido de las fiestas navideñas. Este 2021, la situación económica y el aún latente riesgo de contagio nos orillan a continuar viendo más allá del consumismo alrededor de estas fechas.

La Navidad es más que solo la preparación de la cena o la compra de regalos para el intercambio: es una época para revalorar el significado de compartir y amar. Por eso, te doy 5 ejemplos, 5 pequeños actos que pueden resignificar en nuestra vida el valor de esta época.

1. Prevención durante las fiestas

La pandemia de covid-19 no ha terminado. Al 20 de diciembre, las autoridades de salud reportaron 297,916 fallecidos a causa del virus y sus complicaciones; mientras que el acumulado de contagios a nivel nacional supera los 3 millones 934 mil casos.

Diciembre es una época de reuniones; y, a diferencia del año pasado, esta vez tenemos la oportunidad y los medios de compartir la Navidad con nuestros seres queridos. Sin embargo, no podemos bajar la guardia. Cuidar de nuestra salud y la de nuestros seres queridos es el acto de amor más básico e importante.

2. Ayudar a los más necesitados

“Hagamos algo concreto, aunque sea pequeño, que se ajuste a nuestra situación de vida, y llevémoslo adelante para prepararnos a esta Navidad: llamar por teléfono a esa persona que está sola, visitar a ese anciano o aquel enfermo, hacer algo para servir a un necesitado”, dijo el Papa Francisco en el Ángelus dominical del pasado 12 de diciembre.

La Navidad nos invita a practicar la caridad, a mirar a los más vulnerables con la misma ternura que miramos a un recién nacido, tal y como lo hizo Jesús. Este es el verdadero sentido de la Navidad, que no está en el consumismo ni en las reuniones masivas.

3. Llamar a esa persona que tenemos pendiente

A veces sobreponemos lo urgente a lo importante. Y en resolver las urgencias y demandas de la vida diaria, olvidamos procurar a nuestros seres queridos. En Navidad tenemos la oportunidad de enmendar esto: una llamada de 5 minutos puede restaurar amistades y reavivar relaciones.

4. Ahorrar

Administrar nuestro dinero para cuidar de nuestro futuro es velar por nuestro bienestar. Ahorrar en una época que se caracteriza por el gasto excesivo nos permite alejarnos del materialismo y enfocarnos en los regalos que son mucho más valiosos que el dinero.

5. Orar

Orar por alguien es el acto de amor más poderoso que podemos ofrecer las personas de fe. El poder de la oración surge desde lo profundo del corazón: es desear que una persona consiga la felicidad máxima y el bien mayor que existe.

Una oración es agradecer por la vida, pedir fortaleza para quienes se sienten débiles, encontrar consuelo para quienes se sienten tristes. A través de la oración expresamos nuestro amor de formas en las que las palabras no alcanzan. Y esa es la mejor forma de celebrar la Navidad.

Director de Comunicación de la Arquidiócesis Primada de México 
Contacto: @jlabastida

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