Mi solidaridad con la comunidad científica del país
Decía Baltasar Gracián (1601-1658), brillante escritor y filósofo español: “Ciencia sin seso, locura doble”. Esto viene a cuento en razón de la increíble persecución que la Fiscalía General de la República, con el aval del presidente López Obrador, ha emprendido en contra de 31 científicos y ex funcionarios del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), vinculados al prestigiado Foro Consultivo Científico y Tecnológico. La acusación de la FGR es muy seria: peculado, uso ilícito de atribuciones, lavado de dinero y delincuencia organizada. Ya en dos ocasiones, -con toda razón- jueces de distrito han rechazado la solicitud formulada por la Fiscalía, a efecto de que se dicten las órdenes de aprehensión respectivas. Pero la autoridad ministerial ha informado que insistirá ante el Poder Judicial de la Federación y explicará, a detalle, las supuestas irregularidades cometidas por los científicos. Hay que decir las cosas por su nombre: esta persecución es demencial y soviética. Propia de regímenes autoritarios, de mentes pequeñas y grandes complejos. El gobierno de la autodenominada “cuarta transformación”, encabezada por su líder mesiánico, ha decidido no combatir frontalmente a la delincuencia organizada, con toda la fuerza del Estado, para dar lugar a una cursi e inútil política de “abrazos y no balazos”. Hoy, la militarizada Guardia Nacional se dedica a madrear migrantes y dejar pasar a los criminales. El Fiscal Alejandro Gertz Manero ha sido acusado de perseguir a su propia familia política y de haber ingresado al Sistema Nacional de Investigadores, hasta el nivel III, indebidamente. En estas mismas páginas, Guillermo Sheridan ha documentado que el trabajo que presentó aquél para ingresar al SNI “Guillermo Prieto” (biografía), es resultado de “una transcripción casi literal de libros ajenos, más allá de que los registre la bibliografía”. Un plagio, pues. Y mientras los feminicidas (impunes) rompieron un máximo histórico, durante agosto pasado, con 107 víctimas –datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública- el presidente de la república y su “fiscal carnal”, se dedican a perseguir científicos. Ha dicho la FGR: “los 31 científicos, corruptos, corruptores y con riesgo de fuga” (EL UNIVERSAL, 24 de septiembre). Afirma también que en Conacyt y el Foro Consultivo “existía una organización criminal comandada por nueve exfuncionarios, cuyos delitos podrían alcanzar hasta 82 años y medio de prisión”. (Reforma, 26 de septiembre). El presidente López se ha caracterizado por su desprecio y furia contra la crítica, la libertad de expresión, el derecho a la información, la cultura, el conocimiento, el saber, la ciencia y la tecnología. Pero desatar esta cacería a partir de dichos, ignorancia y prejuicios constituye una verdadera afrenta a la nación.
Abogado