2023 comenzó bien y pinta para mejorar. Me refiero a que tenemos República, contrapesos y división de poderes para rato. Muchos se preguntan ¿dónde está la oposición? Pues está donde debe de estar: dando la batalla a la tiranía. En 2021, le quitamos a Morena y aliados la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y la mayoría de las alcaldías de la Ciudad de México. Luego, vinieron tres reveses constitucionales para el presidente: en materia de la industria eléctrica, en su intento por incrustar a la Guardia Nacional en las filas de la Secretaría de la Defensa Nacional y, finalmente, en su tóxica reforma electoral. También estuvo la oposición en aquella histórica marcha rosa del 13 de noviembre pasado, en defensa de la autonomía del Instituto Nacional Electoral. Ahí, vigorosamente, la sociedad, de manera libre y espontánea, rebasó a los organizadores y, los partidos políticos, pasaron a segundo plano. Fue un alegre y valiente despertar. Y cuando pensábamos que la Suprema Corte de Justicia de la Nación simplemente cambiaría de “cadenero”, vino una investigación demoledora, a cargo de Guillermo Sheridan, y una airada reacción social y viral para no solo impedir que la plagiaria bachiller, Yasmín Esquivel, asumiera la presidencia de nuestro máximo tribunal, sino que se abrió paso a una auténtica ministra de carrera y de intachable ética y desempeño: Norma Piña. Un golpe brutal para el presidente y un ¡ya basta! del Poder Judicial, después de tanta injerencia y majadería del Ejecutivo Federal. Lo mismo ocurrió en el Tribunal Federal de Justicia Administrativa al rebelarse y elegir a un Presidente ajeno a las órdenes del tirano. Por si fuera poco, revivió la Alianza Va por México con lo que se perfilan triunfos en Coahuila y el Estado de México. Prevaleció el bien superior y la generosidad por encima de legítimos intereses personales (como el de Enrique Vargas). Para 2024 podemos ganar la Presidencia de la República, la capital del país, la mayoría en el Congreso y varias de las nueve gubernaturas y congresos locales, así como cientos de ayuntamientos que estarán en disputa. En Morena se harán pedazos. Pero un par de condiciones considero indispensables para este escenario venturoso: que haya gobierno de coalición y que las dirigencias de los partidos hagan a un lado pactos cupulares y se abran a la sociedad. Que se organicen elecciones primarias, regionales, con debates y encuestas que perfilen a los más competitivos para los cargos que vienen. El objetivo es uno y solo uno: rescatar a México. Con unidad, disciplina y generosidad, claro que sí hay de otra.

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Abogado