“Si no actuáramos como lo estamos haciendo, México sería un infierno”, afirmó en su mañanera de este lunes 13 de marzo el presidente López Obrador. Ignoro qué entiende este señor por “infierno”. Lo cierto es que el país atraviesa por una muy delicada situación de inseguridad e ingobernabilidad. Más de 148 mil homicidios dolosos; once feminicidios al día, y 32 mil desapariciones forzadas en lo que va de la administración. México reúne nueve de las diez ciudades más violentas del mundo. Las masacres no cesan, por más que el presidente diga lo contrario y hasta se carcajee. La extorsión y el derecho de piso llegaron para quedarse. Todo basado en cifras oficiales.
Estadounidenses que se internan en el país terminan siendo secuestrados en Matamoros, y algunos ultimados. Solo hasta que intervienen las agencias del vecino país las cosas se mueven y hay alguna respuesta. Por otro lado, militares asesinan a jóvenes por supuesta confusión, en Nuevo Laredo pues su adiestramiento es para la guerra y no para el patrullaje callejero. Cientos de familiares de militares y elementos de tropa tomaron las calles el pasado domingo para exigir justicia por los hechos de Tamaulipas y reclamaron que la estrategia de “abrazos y no balazos” no les permite enfrentar, como debe ser, los ataques provenientes de la delincuencia.
Frente a estas duras expresiones castrenses, el indolente e incompetente presidente se atrevió a decir que, la marcha “no tiene propósitos justos ni sanos y que hasta podría estar organizada por el crimen organizado” (Reforma). El viernes pasado, la valiente periodista Nayeli Roldán, de Animal Político, enfrentó como pocos al presidente en su infame mañanera por el posible espionaje que realiza la Secretaría de la Defensa Nacional y el Centro Nacional de Inteligencia, a particulares, de manera ilegal y abusiva, (según documentos oficiales obtenidos por el hackeo de los Guacamaya Leaks) a lo que el mandatario solo alcanzó a atacar al medio de comunicación y calificarlos como “chayoteros”, fiel a su estilo evasor y cobarde. No solo son los problemas fronterizos ya citados sino que, republicanos como William Barr, Crenshaw y otros, así como el senador demócrata Bob Menéndez, han elevado el tono por la tolerancia que el gobierno mexicano ha tenido con la producción y exportación de fentanilo hacia su país. ¿Y qué respondió López, una vez más? Les llamó mequetrefes y afirmó que ¡México es más seguro que Estados Unidos! Por si fuera poco, en los primeros tres años de este sexenio asesinaron en nuestro país a 1,347 extranjeros, más del doble que en el mismo periodo del anterior gobierno. Y ya de salida, México ocupa el primer sitio en abuso sexual a niños, según información de la OCDE (La Jornada). ¿Cómo lo ven? ¿Es un infierno o un edén?
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