Faltaría espacio para hacer un listado de las pésimas acciones de gobierno y los paupérrimos resultados a la vista, en todos los rubros. La pomposamente autodenominada “cuarta transformación” terminó por ser mera destrucción. Esa combinación entre ignorancia, prejuicios, fobias y un pésimo equipo de trabajo han provocado un saldo desastroso para el país. Y, a tres años de distancia, su cuento de que encontraron un muladar ya nadie se los cree. Ejemplos, sobran. Cosa de ver la muy perversa jugada que le han hecho al Instituto Nacional Electoral (INE) y, en particular, a dos de sus consejeros: Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.

Aprovecho para expresarles mi apoyo y solidaridad. El guion morenista es muy obvio. Primero, diseño una consulta ciudadana dizque para la revocación del mandato presidencial, que sería solicitada por los inconformes. Luego, cambio la jugada y hago que todo el aparato oficial se mueva para recabar las firmas necesarias para echar a andar este ejercicio de democracia directa. Se le encomienda al INE organizar y llevar al cabo la jornada electoral, previo golpeteo a diestra y siniestra. Acto seguido, le regatean los cuatro mil millones de pesos que costaría el chistecito y les piden que lo pongan de su bolsa. Ante la natural negativa de ir adelante en esas condiciones, les avientan todo su ejército de semovientes para acabar con su prestigio, los amenazan con llevarlos a juicio político y denunciarlos por abuso de autoridad y coalición de servidores públicos.

Literalmente, carecen de progenitora. Gastar esa brutal cantidad de dinero en un ejercicio que a nadie le importa, salvo al ególatra de Palacio Nacional, es criminal, tomando en cuenta la escasez de medicamentos y, en particular, de quimioterapias para niños con cáncer. No nos engañemos: este es un montaje de propaganda y campaña para Morena y López Obrador. Y, de darse, sería la víspera de seis procesos electorales en igual número de entidades federativas. Y ahí es donde viene el turno de los partidos políticos de oposición y de la sociedad en su conjunto. Debemos actuar con inteligencia, unidad, disciplina y generosidad. Que quede claro: a Morena sí se le puede derrotar, a la buena, en las urnas, de manera civilizada y con alta participación ciudadana. Los partidos son el vehículo pero se necesitan cada vez más y mejores cuadros, desde la ciudadanía, que conecten con la gente, que porten buenas y viables ideas, y renazca la esperanza de un mejor país. Digamos que entendimos, tarde y por la mala, la lección. Llegó la hora de defender al INE y salvar a México. ¡Manos a la obra!

(Mis mejores deseos en estas fiestas para todos).

Abogado y profesor en la Escuela Libreo de Derecho.
Twitter:@JLozanoA

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