De una semana para acá, la conversación pública cambió diametralmente. Dejaron de acaparar la agenda el señor de las mañaneras y los aspirantes a sucederlo, de su propio movimiento, llamados “corcholatas”, término por demás despectivo que los reduce a ser objetos de uso temporal, en espera de un destapador que los desprenda, los doble y acaben en el bote de basura. Ahora, emergió la idea de conformar un Frente Amplio por México (Frente), como un novedoso, inédito mecanismo que no solo busca aglutinar a la mayoría de las fuerzas de oposición política del país sino, más importante aún, que involucra en el diseño, conducción, supervisión y conclusión, a la sociedad civil, a sus organizaciones y, en general, a todos los ciudadanos libres que queremos cambiar, por la vía legal y democrática, el rumbo por el que nos está llevando la autodenominada “cuarta transformación”, que no es otra cosa sino la destrucción de México. El método del Frente es complejo, ciertamente. Pero al menos ya se tiene una ruta a seguir, un grupo amplio de aspirantes a participar y, a diferencia de la simulación que siguen “las corcholatas” y la secta morenista, aquí sí se tiene fundamento legal. En efecto, mientras la llamada “Coordinación Nacional de la Defensa de la Cuarta Transformación” no está siquiera prevista en los estatutos de Morena, el Frente sí se contempla en el Título Noveno de la Ley General de Partidos Políticos, concretamente en sus artículos 85 numeral 1 y, con mayor amplitud, en el 86. A diferencia de esa pelea arreglada entre “las corcholatas”, en las que no habrá debates ni alusiones personales, aunque sí acarreados, dádivas y dinero a manos llenas desde el partido y los gobiernos emanados del mismo, aquí se realizará un primer gran foro el 10 de agosto entre quienes logren juntar, al menos, 150 mil firmas de apoyo para, luego, someterse a un sondeo de opinión y, así, conocer a los tres finalistas quienes sostendrán cinco foros adicionales de debate en Tijuana, Monterrey, León, Guadalajara y Mérida. Finalmente, y con antelación al dedazo presidencial para seleccionar al precandidato de Morena, en el Frente se sabrá tres días antes quién será el abanderado del mismo. Se ha comentado sobre la pertinencia de reunir tantas firmas de simpatizantes para, luego, conformar un padrón que sufragará en la elección. Quienes se han bajado anticipadamente de la contienda alegan dudas o inequidad en el proceso, lo cual suena más bien a pretexto porque, en su fuero interno, saben que no les alcanza para participar y ganar. Así pues, si pensaba Morena que iban en caballo de hacienda hacia el 2024, más vale que se agarren bien, porque vamos a galopar.

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