A partir de la propia jornada electoral, las páginas de análisis de los medios abundan en explicaciones e interpretaciones acerca de los resultados. Claramente Morena ganó más gubernaturas, la Alianza consiguió un porcentaje interesante de escaños en la Cámara de Diputados, el PRI cayó a niveles históricos incluso en la tierra natal de su dirigente nacional, y el juego del poder federal de auspiciar la creación de partidos satélite fracasó.
A nivel global, el partido que registró un mayor crecimiento es Movimiento Ciudadano, que obtuvo con Samuel García la codiciada gubernatura de Nuevo León, y se mantiene en la batalla jurídica para limpiar la elección de Campeche, con Eliseo Fernández.
Pero es en la Cámara Baja donde la presencia de la fuerza naranja toma especial interés, y habrá que ver los movimientos iniciales en la definición del cuerpo de gobierno interior de ese organismo, pues Morena perdió la mayoría absoluta por sí mismo, y por lo tanto la presidencia de la Junta de Coordinación Política deberá ser rotativa.
Aunque este hecho ha querido ser minimizado incluso por el presidente López Obrador, no es un tema menor, ya que la Junta determina cuestiones cruciales en las posturas políticas, en el orden administrativo y la definición de comisiones.
Ya vendrá la calendarización de los asuntos de las agendas legislativas de cada partido, y aunque PRI y PAN han expresado su intención de mantener su alianza, será en este terreno donde habrá encontronazos, porque necesariamente algunos asuntos no serán compartidos por sus militancias en común. Los acuerdos de la cúpula no se trasladan en automático a las bases.
Morena con mucha seguridad seguirá al pie de la letra los designios del Primer Mandatario, quien ha expresado su interés en el tema presupuestal y en el endurecimiento de los temas energético, electoral y la Guardia Nacional.
Movimiento Ciudadano, por su parte, impulsa propuestas interesantes para la ciudadanía trabajadora, como el establecimiento de una Ley de Cuidados para apoyar a las personas que se encargan de cuidar en casa a parientes o amigos enfermos, con alguna discapacidad o adultos mayores.
También aboga por la no militarización de los asuntos públicos, un tema que las demás fuerzas políticas tratan como tabú y no se expresan con la claridad que lo ha hecho el líder naranja en el Senado, Dante Delgado Rannauro. En este punto, veremos un Movimiento Ciudadano defendiendo al carácter civil de las instituciones, una postura diametralmente opuesta a la del presidente. Estos son solo dos ejemplos de las causas que estamos impulsando.
Nos queda mucha tarea por hacer. La construcción de una relación coherente entre las fuerzas opositora es una de ellas. El fortalecimiento de las posturas que enfrentan los desatinos del Ejecutivo es otra. Pero yo resumo la tarea de quienes asumiremos el cargo de representantes populares en la Cámara Baja en una palabra: equilibrio.
Considero que es ese el mensaje que nos dio la ciudadanía al no otorgar un cheque en blanco a la administración federal y aumentar la presencia opositora. Para nadie es benéfico tener un Ejecutivo Federal omnipotente que actúe y se crea dueño de vidas y voluntades: en México hay más de dos voluntades y la perspectiva de la Cámara de Diputados no puede asumir las posturas presidenciales de “están conmigo o contra mí”.
Porque se trata de México y de las y los mexicanos. Se trata de un futuro que nos ha lanzado un Norte con la votación de la ciudadanía este domingo 6 de junio. Hay que tomar esa guía y actuar sin excesos y hacia el equilibrio de la Nación.
Apunte. Hablando de grandes ganadores, mi reconocimiento al INE, y por lo tanto a las y los millones de personas que colaboraron para tener una elección ejemplar, a pesar de muchas condiciones en contra.