Hace unos días fui etiquetado en una publicación de Twitter que hacía referencia a un artículo sobre Víctor Estrada, medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 y a quien el autor califica como “legendario”, algo con lo que estoy totalmente de acuerdo.
Víctor Estrada es sin lugar a dudas uno de los mejores taekwondoínes que ha tenido nuestro país y sus logros están a la vista, ya que junto al –para mí– injusto1 tercer lugar olímpico podemos mencionar:
· Plata en la III Copa del Mundo de El Cairo, Egipto, 1989.
· Bronce en los Juegos Panamericanos de La Habana, Cuba, 1991.
· Bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Ponce, P. Rico, 1993.
· Oro en el III Campeonato Mundial Universitario de Guadalajara, México, 1992.
· Oro en el VIII Campeonato Panamericano de Colorado Springs, Estados Unidos, 1992.
· Plata en el Campeonato Mundial de Nueva York, Estados Unidos, 1993.
· Oro en los IV Juegos Mundiales de Hague, Holanda, 1993.
· Oro en el IX Campeonato Panamericano de Heredia, Costa Rica, 1994.
· Oro en la VI Copa del Mundo de George Town, Islas Caimán, 1994.
· Oro en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata, Argentina, 1995.
· Oro en el X Campeonato Panamericano de La Habana, Cuba, 1996.
· Oro en la VII Copa del Mundo de Río de Janeiro, Brasil, 1996.
· Premio Nacional de Deportes en 1996.
· Oro en la VIII Copa del Mundo de El Cairo, Egipto, 1997.
· Oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Maracaibo, Venezuela, 1998.
· Oro en el XI Campeonato Panamericano de Lima, Perú, 1998.
· Oro en la IX Copa del Mundo de Sindelfingen, Alemania, 1998.
· Oro en los Juegos Panamericanos de Winnipeg, Canadá, 1999.
· Bronce en la XI Copa del Mundo de Hohiminh, Vietnam, 2001.
· Oro en los Centroamericanos y del Caribe de San Salvador, El Salvador, 2002.
· Oro en los Juegos Panamericanos de Sto. Domingo, R. Dominicana, 2003.
Muy exitosa trayectoria que, sin lugar a dudas, lo sitúa entre los competidores más importantes de nuestro país. Pero de ahí a afirmar, como lo hace el artículo mencionado, que fue quien “abrió las puertas para que el país se interesara en este deporte, el que puso la primera piedra” es algo inexacto, por decir lo menos, ya que antes de Víctor Estrada hubo un gran número de maestros y competidores que pusieron en alto el nombre de nuestro país. Se equivoca el autor del artículo en cuestión cuando asegura que Estrada ganó “el Campeonato Mundial en Alemania”, ya que este título se le escapó (como podemos ver en la lista anterior, se quedó muy cerca en 1993); pero lo que más nos ha llamado la atención es la afirmación de que:
“El impulso que el ahora medallista olímpico le dio al taekwondo mexicano sigue vigente hasta el día de hoy, donde el país azteca se ha convertido en una potencia mundial, llegando casi siempre como favorito a cuanta competencia internacional se presente una selección mexicana”.
Isaías Dueñas, seleccionado mexicano, en el Primer Campeonato Mundial de Taekwondo. Foto: Facebook
No, México era considerado una potencia desde fines de la década de los setenta, gracias a los resultados conseguidos en los primeros Campeonatos Mundiales de Taekwondo:
· Tercer lugar (junto a China) en el I Campeonato Mundial de Seúl, Corea, 1973. Competencia por equipos en la que nuestro país estuvo representado por Isaías Dueñas, Ramiro Guzmán, José Luis Olivares, Ernesto Morán, Antonio Puig y José Luis Torres Galindo.
· Tercer lugar en el II Campeonato Mundial de Seúl, Corea, 1975, gracias a las siguientes medallas: Jaime de Pablos y Ramiro Guzmán (plata) y Moritz von Nacher (bronce).
· Cuarto lugar en el III Campeonato Mundial de Chicago, Estados Unidos, 1977. Edición en la que los medallistas de nuestro país fueron: Jaime de Pablos (plata), junto a Reinaldo Salazar, Moritz von Nacher, Manuel Jurado y Carlos Obregón (bronce).
· Segundo lugar en el IV Campeonato Mundial de Stuttgart, Alemania, 1979. Medallistas: Óscar Mendiola (oro, primer campeón mundial de nuestro país),
Óscar Mendiola, primer campeón mundial mexicano. Foto: Twitter
Jaime de Pablos, Pablo Arizmendi y Manuel Jurado (plata), Ramiro Guzmán y Carlos Obregón (bronce).
No fueron los únicos, y aunque por cuestiones de espacio no podremos ocuparnos de otros medallistas internacionales, es importante decir que la presencia de México en los medalleros de las principales competencias internacionales ha sido constante. Otra de las afirmaciones erróneas del autor del texto mencionado tiene que ver con la afirmación que que en Sídney “llegó a la pelea por el bronce ante el sueco Román Livaja al que venció 3-1 para colgarse la primera medalla para México en taekwondo”. Afirmación inexacta, ya que antes de esta presea nuestro país obtuvo seis metales olímpicos:
· Seúl, Corea, 1988: Mónica Torres, Manuel Jurado y Enrique Torroella (bronce).
· Barcelona, España, 1992: Williams de Jesús Córdova (oro), Mónica Torres y Dolores Knolle (bronce).
La diferencia es que en ambas ediciones de los juegos de verano, el Taekwondo fue considerado un deporte de exhibición, debutando como disciplina oficial en Sídney 2000, edición en la que el multimedallista se colgó el oro.
Es indudable que, junto a María Espinoza, Víctor Estrada tiene un lugar en la historia del Taekwondo mexicano. Un lugar muy bien ganado, muy merecido. Pero atribuirle únicamente a él la popularidad que hoy en día tiene en nuestro país es injusto para quienes desde la década de 1960 trabajaron permanentemente para convertirlo en el arte marcial más practicado de México y, a partir de 1988, en la única disciplina que ha dado medallas a nuestro país en todos los Juegos Olímpicos en que ha participado, ya sea como deporte oficial o de exhibición.
Es algo que no hay que olvidar.