Una de las cosas que más llama la atención en la Cámara de Diputados es el Muro de Honor, espacio que muestra al escudo nacional junto a dos grandes banderas tricolores y las frases célebres “La patria es primero”, de Vicente Guerrero, y “Entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz”, de Benito Juárez; además de los nombres de quienes son considerados los hombres, mujeres e instituciones más ilustres de nuestra historia. Aunque como nada es absoluto, habrá quienes afirman que faltan algunos… y que otros sobran.
Y es que desde que en 1823 se acordó que Miguel Hidalgo y otros 12 caudillos de la lucha por la independencia fueran inmortalizados en el Congreso, los devenires de la política han provocado adiciones y desapariciones, siendo tal vez la más llamativa la de Agustín de Iturbide, ya que el nombre del consumador de la independencia y malogrado emperador fue agregado a esta lista de honor en 1835 y retirado casi noventa años después (1921), como podemos ver en las siguientes fotografías.
Muro de Honor de la antigua Cámara de Diputados, con y sin Iturbide.
Sin embargo, a pesar de estos borrones y añadidos, el Muro de Honor muestra desde 1823 el nombre de un personaje de dudosa actuación.
Mariano Abasolo. Foto: Internet.
Se trata de Mariano Abasolo, militar que acompañó a las fuerzas de Hidalgo desde que comenzó la insurrección y hasta su captura en Acatita de Baján, de donde fueron llevados a la Ciudad de Chihuahua.
Ahí fueron juzgados y fusilados, entre otros, el cura Hidalgo, Mariano Jiménez, Juan Aldama e Ignacio Allende. Salvando la vida Abasolo gracias a las influencias de su mujer… y a que declaró en contra de sus compañeros de armas, especialmente Hidalgo y Allende, a pesar de que este último era íntimo amigo suyo.
Abasolo también fue responsable de la ejecución del secretario de Hidalgo, José María Chico, quien hasta antes de la declaración de Abasolo había pasado desapercibido para sus captores.
Héroe sin méritos militares que durante el asalto a la Alhóndiga de Granaditas se escondió en casa de un amigo y en la batalla de Puente de Calderón fue de los primeros en abandonar el campo, Abasolo se enfrentó al conflicto de seguir a Allende o hacer caso a los consejos de su mujer —quien se oponía a la insurrección e incluso comenzó a tramitarle un indulto ante las autoridades virreinales mientras seguía con los insurgentes—, por lo que poco a poco fue perdiendo la confianza de sus correligionarios.
Es importante mencionar también que Abasolo fue el más joven de los militares que siguieron al cura Hidalgo —tenía tan solo 23 años en 1810— y se opuso a los saqueos que cotidianamente hacía la turba insurgente; además de que, junto a su esposa, salvó la vida de muchos españoles en Guadalajara, donde Hidalgo permitió muchas ejecuciones sin fundamento.
Con todo esto en mente me atrevo a preguntar: ¿su nombre debe estar en el muro de honor?, ¿merece ser considerado benemérito de la patria en grado heroico?
Es, sin duda, algo que puede darnos mucho para debatir.