Comenzaron las precampañas presidenciales y por fin quienes aspiran a suceder a López Obrador ya pueden hacer propuestas y manifestar abiertamente sus posiciones en torno a diversos temas. Sin embargo, lo más importante que ha pasado en días recientes tiene que ver no con el contenido de las precampañas, sino con la forma en que las distintas coaliciones han ido resolviendo las candidaturas al congreso y a las gubernaturas en juego el próximo año. Estos procesos no reciben los mismos reflectores que la carrera presidencial, pero es indispensable contar con candidatos al congreso y a los cargos de elección locales que acompañen la nominación presidencial para hacerla efectivamente competitiva.
Morena y Claudia Sheinbaum lograron zanjar el primer reto político de cara al 2024 a pesar de que algunos interpretaron el resultado de este proceso como una demostración de que la ex Jefa de Gobierno no acababa por hacerse con el bastón de mando del partido. Esto ocurre porque, en el ánimo de continuar el relato de que Sheinbaum es una calca de López Obrador, muchos analistas siguen interpretando la realidad política en clave de AMLO y no han incorporado el hecho de que Morena es ahora la fuerza política electoral más grande y compleja del país. Es decir, la forma en que AMLO, como el líder de Morena, ayudaba a dar cauce a los conflictos internos, no puede ser utilizada como referencia para la actualidad.
Hacia adentro de Morena se está produciendo un reacomodo de los liderazgos más representativos. Personajes como Adán Augusto López y Ricardo Monreal han perdido protagonismo. Por su parte, Claudia Sheinbaum marcó un enfático alto a Marcelo Ebrard y su pretensión de que las personas que simpatizan con él dentro del partido tuvieran un trato privilegiado. Es decir, sí está habiendo un cambio en los pesos relativos que juegan los distintos grupos hacia adentro de la coalición gobernante, distinta de la que prevalecía alrededor de López Obrador.
Un segundo elemento desatinado en el análisis en torno a la resolución de las candidaturas es que se ha enfocado en la selección de la candidata a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. Es un error ignorar las especificidades de la política local fuera de la capital, en donde entran en juego aspectos muy distintos a los de la política nacional. Además, la casi exclusiva atención en la Ciudad de México pasa por alto la expansión territorial de Morena en los años recientes, que implica una consolidación de liderazgos locales con mayor poder de negociación que antes de 2018.
Finalmente, con el posicionamiento de Morena como partido hegemónico se consolidó también una burocracia que hoy busca continuar en sus puestos. Esto es totalmente natural y en el proceso de negociación de posiciones habrá una larga lista de funcionarios que intentarán convencer a Sheinbaum de la pertinencia de su permanencia. En las negociaciones en torno a posiciones y candidaturas, esta será una decisión que ayude a brindar certezas sobre la eventual continuidad de algunos proyectos y políticas.
Por el contrario, los jaloneos por las candidaturas a senadores y diputados dejan ver que, al menos para el PRI y el PRD, las elecciones para estos cargos serán más importantes que la misma elección presidencial, pues en ellas se juegan su supervivencia. Xóchitl Gálvez ha
aparecido lejana a las negociaciones para la selección de candidaturas del Frente y su poca injerencia pone nuevamente de relieve el carácter cupular de esta colación electoral.
Con el calor de los procesos para definir las candidaturas finalmente disipado, parece que el acomodo surgido a través de las encuestas y las negociaciones acabará fortaleciendo a Claudia Sheinbaum y a Morena. Por un lado, en la Ciudad de México Clara Brugada aparece como una candidata fuerte, como lo confirma la más reciente encuesta de El Universal, que la coloca más de 30 puntos arriba de Santiago Taboada. Por otro lado, los reacomodos al interior del partido y la campaña le permitirán a Sheinbaum echar mano de personas de su confianza, incluyendo a Omar García Harfuch, quien podrá ser considerado para posiciones clave en un eventual segundo gobierno de la 4T.
Con esta conformación del escenario político es claro que las precampañas arrancan con Claudia Sheinbaum sosteniendo el bastón por el mango.