Remedios Varo la gran pintora surrealista y escritora española, perteneciente a la generación del 27, fue de las primeras mujeres estudiantes, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.

Considerada una artista de la alquimia, su espiritualidad, magia y misticismo, la llevaron a la creación, donde su búsqueda espiritual fue constante.

La influencia de las obras de Goya, El Greco o El Bosco, así como la literatura de Edgar Allan Poe y Julio Verne, la hicieron crear un lenguaje propio, donde los personajes cuentan una historia y al observar, está en movimiento.

Su interés en el psicoanálisis, influyó sobre todo por Sigmund Freud, Carl Jung y Alfred Adler.

Su obra es simbólica, Varo, utiliza el brillo del universo entero, de hecho, si hubiera habido, una estrella de más, la habría pintado…

Su conocimiento de la magia y el misticismo de los tiempos ancestrales, la convirtio en una hechicera moderna, utilizó a la pintura, como un instrumento, para plasmar su universo imaginario, del cual surgían figuras resultantes de la combinación del mundo real y de lo fantástico.

En fin, sus cuadros, son una invitación a otra dimensión, donde el pincel, fue la varita mágica de Remedios y hasta el final, fue consciente de su vida y consciente de plasmarla en su obra.

Por eso, no fue casualidad, que haya fallecido el 8 de octubre de 1963, dejando en su estudio, su última pintura: Naturaleza muerta resucitando, muy adhoc, a la ocasión de la época.

Elizabeth Kübler-Ross, psiquiatra de origen suizo, fue la primera de tres hijas trillizas y le sirvió de gran manera, para contar con un sentido de identidad y ser una mujer de carácter fuerte y aguerrido.

Colaboró en el Servicio Voluntario Internacional para la Paz y en los campos de concentración, vio como el perdón libera a aquellos, de continuar con el sufrimiento, a pesar de los tristes recuerdos y de las grandes pérdidas.

Elizabeth realizó investigaciones en miles de casos de enfermos terminales, en los cuales, observó similitud de situaciones, con el fin de ayudarlos a afrontar el proceso de muerte y sentar las bases de los cuidados paliativos, viviendo el proceso de pérdida, con serenidad e incluso con alegría.

Estableció las cinco etapas de duelo: Negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

Buscó además la comodidad y la calidad de vida, en los pacientes mayores.

Sólo un corazón, muy grande y muy curtido por el sufrimiento, puede comprender, todo el dolor, que implica una pérdida y un corazón así, lo tuvo Elizabeth Kübler-Ross.

Sus investigaciones, sus libros, la llevaron a ser considerada pionera en este campo, siendo la madre de la Tanatología, al crear las bases, para ayudar al enfermo terminal a bien morir y a su vez, dar consuelo a los familiares.

A pesar, que sus investigaciones fueron recibidas de forma hostil, la psiquiatra continuó llevando un registro de sus hallazgos.

Tiempo después, más de 25 universidades, le otorgaron títulos de Doctorados Honoris Causa, por sus grandes aportaciones a la ciencia.

¿Qué tienen en común una pintora y una psiquiatra?

La kabbalah menciona:

“Dios cuenta las lágrimas de las mujeres…”

La gran activación en el sentir, crea una visión cosmológica, muy evolucionada.

De hecho…

Diferente.

Comprendemos el mundo, desde una perspectiva más amplia.

Simplemente, distinta.

Y es la fuerza de la voluntad, combinada con la sensibilidad, lo que hace a una mujer trascender…

Del Grupo Maná: “Es una hechicera, una seductora…”

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