Ayer en la conferencia matutina del presidente López Obrador se hizo una explicación de la “reforma profunda” que se llevó a cabo por parte del gobierno federal al sistema de compra y distribución de medicamentos. Después de muchas explicaciones públicas a medias, en las que se negaba continuamente el desabasto y la afectación directa a miles de pacientes, el presidente y el secretario de Salud dijeron ayer que se tuvo que hacer una transformación profunda del modelo de compra de medicamentos para garantizar el derecho a la salud del pueblo. Lo que dijeron corrobora lo que varios estudios han publicado al respecto, que se modificó drásticamente el sistema de compra y distribución de medicinas desde el inicio de la actual administración. Lo que no mencionaron es que esto provocó el desabasto generalizado de medicamentos que persiste en el país.
Una de las cosas que se presumieron ayer fue que gracias a la intervención de la UNOPS en la megacompra de medicamentos, se lograron ahorros por 11 mil millones de pesos. Sin embargo, no especificaron cómo se calcularon estos ahorros ni se hicieron públicos los documentos que sostengan esta cifra. Tampoco aclararon que este precio no toma en consideración lo que se deberá gastar para distribuir y almacenar estos medicamentos. De hecho, si tomamos en consideración que la Organización Panamericana de la Salud pide agregar entre un 15% y un 25% al costo de medicamentos por el tema de distribución, llegamos a la conclusión de que la distribución de la megacompra de 43,278 millones de pesos puede llegar a costar 10,819 mil millones de pesos, es decir, el ahorro presumido.
Otro elemento que no se tomó en cuenta en la conferencia matutina del día de ayer fueron las compras de emergencia de medicamentos que el IMSS y otras instituciones de salud a nivel federal y estatal han tenido que hacer estos meses, compras que en muchos casos implicaron un sobreprecio por lo precipitado y pequeño de los lotes que se compraron. De igual forma esta cifra de ahorro no aclara que muchas instituciones del sector salud que antes se unían a la compra consolidada quedaron fuera de la megacompra de la UNOPS, por lo que ellas tendrán que comprar por su cuenta, también muy probablemente a sobrecosto.
Tampoco se abordó la forma en que el gobierno ha comprado medicamentos estos dos años. Quiero recordar al lector que desde 2019 el gobierno federal incluyó el rubro de “otras contrataciones” en muchas de las compras, incluidas las de medicamentos, que publica en Compranet lo que imposibilita saber si esas compras se dieron por adjudicación directa o licitación, tampoco han subido mucho de los contratos de esas compras. Por último, tampoco se comentó ayer lo que el gobierno federal piensa gastar para convertir a Birmex en la distribuidora nacional de medicamentos, que sería inicialmente de 3 mil millones de pesos, de acuerdo con la información del propio Birmex a la que tuvo acceso el periodista Alejandro Melgoza para este diario.
Sin embargo, más allá de estas precisiones, me parece importante voltear a ver lo más importante. No se pueden presumir ahorros en el sector salud cuando todavía seguimos enfrentando la pandemia del Covid-19 y cuando persiste el desabasto generalizado de medicamentos. Ambas crisis que han afectado gravemente la salud de millones de mexicanos y que han costado miles de vidas humanas. Si algo no debería presumir ahorita el gobierno es que se está gastando menos en sector salud con los resultados que esto ha traído.
Toda esta radical transformación del modelo de compras y distribución de medicamentos se hizo alegando corrupción y acaparamiento de mercado. Sin embargo, a la fecha ningún funcionario o empresa ha sido investigada y sancionada por los supuestos actos de corrupción. No creo que nadie pueda estar en contra de luchar contra la corrupción en el sector salud, pero esto se hace investigando y sancionando, no se hace deshaciendo sistemas públicos enteros a costa de la salud de millones de mexicanos.
Twitter: @itelloarista