A la mitad de la sala se encuentra una vitrina transparente con un arma exhibida en su interior. Cada determinado tiempo se escucha un sonido ensordecedor. El arma dispara cada vez que un asesinato ocurre en México. Al contar el tiempo entre cada balazo, nos damos cuenta que la pistola se activa cada 15 minutos.
En la siguiente sala un mazo suena en el instante en que una sentencia condenatoria se emite por un homicidio doloso. Sin embargo, parece que no llega el momento en que suene, la angustia y la desesperación por escuchar tantos disparos en la sala contigua nos obliga a salir de la exhibición. Después de 3 horas se escucha el primer golpe. Una sentencia después de 3 horas, 12 asesinatos ocurridos en el mismo tiempo.
Lo que describo arriba ejemplifica la situación de violencia homicida e impunidad que vivimos en México. Una injusticia y violencia ante la cual hemos perdido el asombro y de la cual no podemos salirnos, como si viviéramos dentro de esa exhibición imaginaria. Hablamos continuamente de la incidencia delictiva en el país, sin embargo es igual de importante analizar lo que pasa ante esos delitos, la respuesta institucional que hay para los mismos. En 2018 se cometieron en el país 33,521 homicidios dolosos, sin embargo, tan solo se emitieron 3,600 sentencias condenatorias en todo el año. Esto quiere decir que la impunidad para el homicidio doloso está en 89%. Esta cifra sale del estudio “Impunidad en homicidio doloso” de los investigadores, Guillermo Zepeda y Paola Martínez, que publicamos anualmente en Impunidad Cero.
Esta es la tercera ocasión en que publicamos el estudio, y lo que se reporta año con año es escalofriante: cada año aumenta la cantidad de homicidios dolosos en el país y la cantidad de sentencias condenatorias va a la baja. A continuación enunciaré algunos de los resultados de la investigación a modo de recuperar el asombro:
La tasa de homicidio doloso en México es de 26.7, la tasa más alta entre los países de la OCDE. Dentro de estos países, le sigue Estados Unidos con tan solo 5.3 homicidios por cada 100 mil habitantes.
En el mundo, el país con la tasa más alta de homicidios dolosos es El Salvador con 61 homicidios por cada 100 mil habitantes. Sin embargo los estados de Colima (93), Baja California (89) y Guerrero (68) tienen tasas mucho más elevadas. Si estos estados fueran países, serían los más violentos del mundo.
El homicidio es la principal causa de muerte de las personas de 20 a 24 años en México.
Si se analizan las víctimas de homicidio doloso que ocurrieron en 2018, 40.8% se concentra en tan solo 5 estados: Guanajuato, Baja California, Estado de México, Jalisco y Chihuahua.
Este año 11 estados tienen una impunidad en homicidio doloso mayor al 91%. En estados como Morelos y Chiapas la impunidad es superior al 99%.
La mayor cantidad de sentencias condenatorias para homicidio doloso que se han emitido en el país fue en 2005 con 4,803 sentencias. Desde ese año, no hemos logrado superar esta cantidad de sentencias condenatorias.
En 2014 la impunidad en homicidio doloso en el país estaba en 78%; en tan solo cuatro años la impunidad para este delito aumentó 11 puntos porcentuales para llegar a 89%.
Pongo estos datos para intentar mover el asombro ante lo que está pasando en México. No es posible que nos hayamos acostumbrado a vivir en un país en el que cada 15 minutos una persona es asesinada y en el que solo 1 de cada 10 asesinatos será sancionado.
Tenemos que hablar de esto. La reducción de la cantidad de homicidios siempre será el objetivo, pero ello pasa también por reducir la impunidad y por dar justicia a las miles de víctimas y familiares de las personas que fueron asesinadas.
Directora Ejecutiva de Impunidad Cero