No cabe duda que estamos viviendo tiempos difíciles y de incertidumbre, en los que cada día recibimos hordas de información con recomendaciones que parecen contradecirse entre sí. Pocos son los mensajes claros sobre qué hacer ante la pandemia del Covid, sin embargo, uno es clave: lavarse las manos. ¿Pero qué pasa cuando uno no tiene acceso al agua para realizar esta acción tan básica? De acuerdo al Inegi, 94.5% de las viviendas en el país contaban con acceso a agua entubada en el 2015. Sin embargo, estos datos esconden realidades desiguales. Tan solo al analizar esta información a nivel estatal nos damos cuenta que en Guerrero se reportan tan solo 84.7% de las viviendas con agua entubada y en Oaxaca 85.6%.
Incluso considerando los casos en los que se contabiliza que una vivienda tiene acceso al agua entubada, estas cifras engañan. Por ejemplo, en Iztapalapa, alcaldía en la que crecí y viví gran parte de mi vida, siempre hemos tenido problemas de agua. Se podría decir que somos parte del porcentaje de personas en la Ciudad de México que cuentan con agua entubada en sus viviendas, aunque la misma llegue cada tres días, o no llegue más que a determinadas horas y con una coloración amarillenta inquietante. A pesar de esto tenemos acceso al agua. Otra realidad que esconden estas cifras son los problemas de comunidades que se han visto despojadas de sus fuentes de agua por grupos armados. Este es el caso de Ayutla, en Oaxaca.
San Pedro y San Pablo Ayutla es una comunidad mixe ubicada en la Sierra Norte de Oaxaca. Desde 2017, esta comunidad no cuenta con acceso a agua potable, ya que un grupo armado del municipio de Tamazulápam del Espíritu Santo los despojó de algunas de sus tierras y del manantial que proveía de agua a Ayutla. Además de este despojo, el 5 de junio de 2017, pobladores de Ayutla fueron atacados por este grupo armado. Como resultado de este ataque, varias personas fueron heridas, una de ellas fue asesinada y 4 mujeres fueron secuestradas y torturadas sexualmente. Los pobladores de Ayutla interpusieron las denuncias correspondientes por esta agresión, por este homicidio, por este secuestro y por el despojo de sus tierras y fuente de agua, sin embargo, a la fecha todos estos hechos permanecen en total impunidad.
En tres ocasiones, pobladores de Ayutla han pedido la intervención del presidente López Obrador en el asunto, quien se comprometió a analizar el caso sin ayudar a solucionarlo hasta la fecha. El gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, también ha prometido en varias ocasiones garantizar el derecho al agua de la comunidad de Ayutla. Sin embargo, en lugar de investigar de forma adecuada el homicidio, ataque, despojo e intimidación por parte de un grupo armado a la comunidad de Ayutla, las autoridades justifican su ineficacia, argumentando una falta de acuerdos entre las dos comunidades y un conflicto de amparos. En este caso hay varios delitos que han sido denunciados y que siguen impunes y la solución propuesta son mesas de negociación.
La comunidad de Ayutla no solo tiene que hacer frente a la epidemia del Covid sin tener acceso a su fuente de agua, también enfrenta una sequía en la región y un incendio forestal que inició este miércoles en el municipio. Hay que decirlo con todas sus letras, la comunidad de Ayutla enfrenta una crisis humanitaria y una grave violación a sus derechos por la ineficiencia y la omisión de las autoridades, el reclamo es claro y urgente: ¡Agua para Ayutla, Ya!
Directora Ejecutiva de Impunidad Cero