La sostenibilidad ya no es un lujo ni una tendencia, es un imperativo urgente. La industria aérea, históricamente señalada por sus emisiones de CO₂, enfrenta el reto ineludible de reinventarse y transformarse en un aliado clave en la lucha contra el cambio climático. En este contexto, Iberia, junto con su grupo matriz IAG (International Airlines Group), está trazando una ruta clara y ambiciosa para descarbonizar el sector y consolidar su liderazgo global. Un ejemplo que México no puede pasar por alto si aspira a liderar la aviación en América Latina.
Durante un reciente webinar sobre Sostenibilidad e Impacto social en América Latina, Teresa Parejo, directora de Sostenibilidad de Iberia, presentó un plan con objetivos claros y medibles. La aerolínea española ha trazado una hoja de ruta para alcanzar cero emisiones netas en 2050, un compromiso que también se extiende a toda su cadena de suministro. Como pasos intermedios, la aerolínea busca reducir 10% las emisiones de CO₂ por pasajero-kilómetro en 2025 y lograr que el 10% de sus vuelos operen con combustibles sostenibles (SAF) para 2030. Este combustible, proveniente de fuentes renovables, puede reducir hasta un 90% de las emisiones respecto al queroseno tradicional, lo que lo posiciona como la clave para la transición energética en el sector.
El desarrollo del SAF en España no solo tiene un impacto ambiental positivo, sino también un enorme potencial económico y social. Se estima que podría atraer inversiones por más de 22 mil millones de euros, generar 270 mil empleos directos e indirectos y aportar 56 mil millones de euros al PIB hasta 2050. Iberia, con alianzas estratégicas con Repsol y CEPSA, ya ha realizado vuelos demostrativos exitosos tanto en rutas domésticas como internacionales, mostrando que el cambio no solo es posible, sino que ya está ocurriendo.
La modernización de la flota de Iberia también juega un papel crucial en esta estrategia. Aeronaves como el A350, que consume un 35% menos de combustible, y el A321XLR, con un consumo 30% inferior en trayectos de largo alcance, reflejan la apuesta por la eficiencia operativa y la reducción de emisiones. Estos avances han permitido que, en 2023, la intensidad de las emisiones de CO₂ por pasajero-kilómetro mejorara un 4.4% respecto al año anterior y un 13% en comparación con 2019.
Además de su compromiso ambiental, la aerolínea española subraya el valor económico y social de la aviación en las regiones donde opera. Iberia vuela a 18 destinos en América, generando alrededor de 156 mil empleos, de los cuales el 73% corresponde a América Latina y el resto a España. El impacto económico también es notable, con un aporte total de 2,734 millones de euros, dividido equitativamente entre América Latina y España. Estos números demuestran que la sostenibilidad y el desarrollo económico pueden y deben ir de la mano.
Esta visión debería ser una prioridad para México, un país cuya aviación es clave para el turismo, el comercio y la conectividad regional. Afortunadamente, no partimos de cero, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), organismo responsable del almacenamiento y distribución de combustibles aeronáuticos en México, ha iniciado trabajos para evaluar y promover la implementación del SAF. Este primer paso es crucial, pero necesita un mayor impulso en colaboración con las aerolíneas, el sector energético y la política pública. Le puedo adelantar que hay interés en el mercado.
Mientras tanto, Aeroméxico ha avanzado en la renovación de su flota, incorporando aeronaves como el Boeing 737 MAXy el 787 Dreamliner, que reducen el consumo de combustible entre un 20% y 25%. Sin embargo, aún falta un compromiso público claro respecto a metas precisas sobre SAF y la reducción de emisiones netas a largo plazo.
Iberia está demostrando que descarbonizar la aviación no solo es posible, sino rentable. La combinación de combustibles sostenibles, modernización tecnológica y acciones medibles posiciona a la aerolínea como un referente global. México ya ha comenzado con ASA, pero el verdadero reto será mantener el impulso y comprometerse con acciones tangibles que permitan transformar la aviación nacional.
La sostenibilidad no es solo una necesidad ambiental, sino también una oportunidad económica que genera empleo, inversión y competitividad en el mercado global. La experiencia de Iberia es una lección para México ya que la transición hacia una aviación más limpia y eficiente es urgente y viable. El tiempo de actuar es ahora; el vuelo hacia el futuro ya ha comenzado, y no podemos permitirnos quedarnos en tierra. El mundo está cambiando, y México debe estar listo para despegar.
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