La Secretaría de Turismo de México está en un estado crítico, arrastrada por años de decisiones fallidas y una preocupante falta de visión estratégica. Una institución que alguna vez fue clave en el crecimiento económico del país hoy se encuentra desacreditada, sin recursos y aislada del sector privado, al que solo se le han impuesto cargas sin respaldo. Sin embargo, en medio de esta crisis se presenta una oportunidad histórica: reconstruir una Secretaría más moderna, sólida y colaborativa, alineada con las mejores prácticas internacionales. Ese es el reto monumental que enfrenta Josefina Rodríguez, su nueva titular.
El desprestigio no solo afecta la imagen externa, sino que ha calado dentro de la propia Secretaría, donde la falta de liderazgo ha minado la moral de sus colaboradores. Para cambiar el rumbo, es necesaria una transformación radical de la cultura organizacional. Países como Singapur y Nueva Zelanda han demostrado que, con un liderazgo basado en meritocracia, innovación y transparencia, es posible revitalizar instituciones y convertirlas en motores eficientes del turismo. México necesita adoptar este enfoque para recuperar su lugar en la escena mundial.
La institución enfrenta un reto inmediato y crucial: recuperar la estructura básica de la Secretaría de Turismo, actualmente limitada a cubrir nómina y gastos generales. La reactivación de la Subsecretaría de Planeación y Política Turística es vital para trazar una estrategia sólida de recuperación y conseguir los fondos necesarios para la promoción turística y la inversión. El arranque del nuevo gobierno bajo Claudia Sheinbaum ofrece una oportunidad única para lograr estos recursos, pero el tiempo apremia: si no se actúa con rapidez, la burocracia podría obstaculizar el avance.
Una solución efectiva para superar las limitaciones de la Sectur es adoptar modelos de partnership público-privado (PPP), como lo han hecho Australia y España. En Australia, la renovación de infraestructuras turísticas, como el Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, fue posible gracias a la colaboración entre el gobierno y el sector privado, repartiendo responsabilidades y beneficios. España, por su parte, revitalizó destinos y modernizó infraestructura hotelera mediante el Plan de Turismo Español Horizonte 2020, generando beneficios compartidos con las empresas privadas.
Para México, las PPP representan una oportunidad clave para desarrollar infraestructura, mejorar la promoción turística y capacitar al personal sin depender exclusivamente de los fondos públicos. Estos modelos deben enfocarse en compromisos concretos que impulsen proyectos reales y fortalezcan la competitividad del país como destino turístico, fomentando un crecimiento económico sostenible.
El distanciamiento entre la Secretaría y el sector privado ha sido una barrera importante para el desarrollo del turismo en México. Países como Canadá han demostrado que la colaboración constante entre el gobierno y las empresas es esencial para el éxito de las políticas turísticas. Iniciativas como Destination Canada muestran que trabajar juntos desde la planificación hasta la ejecución de las estrategias es clave para adaptarse a las nuevas demandas del mercado turístico internacional.
Uno de los principales retos para México es revitalizar su promoción turística en el ámbito internacional. La falta de una estrategia clara ha permitido que otros destinos capten la atención de los mercados globales. Para recuperar el terreno perdido, es necesario implementar una estrategia digital moderna, basada en la proyección de nuestra riqueza cultural, biodiversidad y hospitalidad. Estas son las fortalezas que deben explotarse para posicionar a México nuevamente como un destino competitivo a nivel global.
Por otro lado, Fonatur, la entidad responsable de los grandes proyectos turísticos en México, ha perdido relevancia en los últimos seis años. Josefina Rodríguez debe revitalizar Fonatur y redefinir su rol estratégico, enfocándose en atraer inversiones extranjeras y en el desarrollo sostenible de los Centros Integralmente Planeados (CIP’s). Esto no solo garantizaría recursos y mantenimiento, sino también un enfoque ecológico en la gestión de los recursos naturales para el turismo del futuro.
En definitiva, la nueva titular de Sectur tiene ante sí la oportunidad de liderar una transformación histórica en el turismo mexicano. Si logra implementar una estrategia innovadora, que combine alianzas público-privadas, tecnología digital y una visión de sostenibilidad, México no solo recuperará su protagonismo en el escenario internacional, sino que se consolidará como un referente turístico global. El éxito de esta misión dependerá de su capacidad para actuar con rapidez, valentía y enfoque estratégico, dejando atrás la inercia del pasado y construyendo un futuro brillante para el turismo en México.
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