La semana pasada, el Instituto Federal de Telecomunicaciones dio a conocer que su Pleno resolvió permitir la libertad tarifaria en 52 municipios, de uno de los servicios mayoristas que proporciona el preponderante América Móvil (AM). Se trata del llamado SAIB (servicio de acceso indirecto al bucle) que es el acceso de otros operadores a la última milla del preponderante.
Hay todo tipo de especulaciones, que si se acabó la preponderancia, que si le daban ya la autorización para prestar televisión a Telmex, y hasta que era un pago al ingeniero Slim por asumir los costos de la reconstrucción de la línea 12 del Metro. Pero esta medida no tiene ningún impacto económico ni en AM ni en la competencia.
Recuerde usted que cada dos años se realiza una revisión a las medidas de preponderancia, pues en la emitida en diciembre de 2020, se resolvió precisamente modificar esta, la 39 anexo 3. Las condiciones para la liberación tarifaria son:
1. Que en el municipio exista más de 75% de penetración de banda ancha.
2. Que Telmex tenga menos de 50% del mercado.
3. Que otro operador cuente con al menos 20% del mercado.
4. Que existan al menos tres operadores, de los cuales dos tengan fibra óptica.
En un inicio, el resultado de la aplicación de esta fórmula sumaba 77 municipios; sin embargo, el IFT agregó una condición y restó 25: que Telmex no tuviera el primer lugar en participación. Así fue como quedaron 52 municipios. Pero esta determinación del instituto tiene un efecto económico ridículo, ya que sólo cinco servicios han sido contratados por operadores que ofrecen servicios de banda ancha fija en esos municipios.
Lo que llama la atención es el ruido que se ha hecho en torno a esta resolución. No debemos olvidar que el sector está pasando por un muy mal momento: Altán en concurso mercantil y sin cumplir con los hitos acordados; la ausencia total de política pública en el sector por parte del gobierno federal —una SCT completamente desmantelada, no tenemos agenda digital, su barco se hunde y Promtel no figura en absoluto, existe una preocupante opacidad en CFE Telecom y en la Coordinación de la Estrategia Digital Nacional de presidencia—; la competencia adelgaza cada vez más, y el IFT sigue incompleto.
La pregunta es ¿por qué tanto escándalo? En efecto, la determinación de preponderancia es nacional y por sector, no por servicio ni por municipio. Su salida, ahí sí, es por mercados, según la propia ley. Lo cierto es que con esta determinación del IFT se abre por primera vez la puerta para la liberalización de las medidas de preponderancia, pero no sólo para América Móvil, también para Televisa. Esto sí es relevante. Por lo que hace a permitirle a Telmex dar el servicio de televisión, ese es un camino completamente distinto jurídicamente hablando. Así que no, no es el fin de la preponderancia ni, lamentablemente, el inicio de una estrategia de visión integral del sector.
En la sobremesa
Y hablando de Telmex, el conflicto laboral no parece tener salida. La empresa insiste en que modificando la jubilación se solucionarán sus problemas financieros, injusto porque los accionistas siempre conocieron este pasivo. El sindicato no ha logrado un acuerdo y su dirigente, Hernández Juárez, pierde fuerza. AMLO no está dispuesto a meter las manos en el conflicto y la huelga no le conviene a los trabajadores, el tiempo corre en su contra. El temor: que sea el fin del contrato colectivo de trabajo mientras la nueva mayorista crece y Telmex quede como una pequeña comercializadora sin fuerza laboral.
*Presidenta de Observatel, comentarista de Radio Educación, twitter: @soyirenelevy