Con alrededor de 330 millones de usuarios activos, la red social Twitter no es ni cercanamente la más numerosa: Facebook, Instagram y YouTube tienen más de 2 mil millones de usuarios activos cada una, Tiktok más de mil millones y Snapchat alrededor de 500. Sin embargo, Twitter se caracteriza por ser el espacio de encuentro favorito de las principales personalidades políticas, lo que no sucede con el resto de las redes sociales.
Varios gobernantes y empresarios incluso la utilizan para dar primicias y mensajes, con lo que se ha convertido también en una indispensable fuente de información de los propios medios de comunicación . Adicionalmente, es gran una arena pública que ha permitido democratizar la discusión y dar espacio a todos ya que, en general, cualquiera puede intercambiar ideas y responder, sin importar de quién se trate.
Las políticas o reglas de uso, que son establecidas por las propias empresas, han sido objeto de una gran polémica respecto a dos asuntos básicamente: si los límites establecidos afectan la libertad de expresión, y si los países deberían iniciar ya el camino para regular a estas plataformas. El gran debate sobre las políticas de uso y la libertad de expresión comenzó cuando la cuenta del entonces presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump , fue cancelada por Twitter y por Facebook por considerar que incitaba a la violencia.
Así que, lo que pasa en Twitter, no se queda en Twitter. Eso lo sabe también Elon Musk, pues fue ejemplo de ello cuando en 2018 publicó un tweet diciendo que tenía suficiente dinero para convertir a Tesla en una empresa privada y sacarla de la bolsa, comprando la acción en 420 dólares. Con este anuncio, las acciones aumentaron 11% y la autoridad bursátil de Estados Unidos (SEC) consideró este tweet una acción engañosa, y su sanción lo llevó a renunciar a la presidencia.
Su obsesión por Twitter no es un tema de dinero, esto dicho por él mismo: se trata del poder que representa la plataforma. Después de adquirir 9.2% de la compañía, el 14 de abril Musk anunció -también por Twitter- una oferta por el resto de las acciones a 54.20 dólares, es decir 43 mil mdd en total, cuando la acción se encontraba en alrededor de 45 dólares. Al respecto, el Consejo de la empresa ha respondido que estudiará la propuesta, aunque algunos accionistas ya adelantaron su rechazo.
Independientemente de las bromas y mensajes que el señor Musk envía, como el uso del simbólico número “420” -que es la referencia a la marihuana en EU-, lo cierto es que existe una gran inquietud sobre la posibilidad de que una sola persona controle Twitter, tomando en consideración también la simpatía de Elon con el trumpismo. Esto ha levantado una importante discusión sobre el tema. ¿Cómo concebir la libertad de expresión en las redes sociales? ¿Cuáles deben ser los límites en los contenidos de los mensajes, si es que deben existir? ¿Quién debe decidir esto y cómo?
Al respecto, vale la pena leer las ideas de @Yishan , exdirector general de Reddit , quien en un largo hilo publicado el viernes en Twitter plantea argumentos interesantes sobre la evolución del concepto de libertad de expresión desde el punto de vista de las redes sociales y el internet, así como la incapacidad de Elon, según su visión, de entender este mundo. En cualquier caso, el debate está abierto y lo que está en juego es mucho más que acciones, dinero o marihuana: se trata del control del control del discurso en dicha plataforma y, lo que sí es seguro, es que, de concretarse la venta a Elon Musk, sería el fin de Twitter como lo conocemos.
Twitter: @soyirenelevy