Vaya desastre que provocó el PRI en la presentación de la acción de inconstitucionalidad contra la Ley de Hidrocarburos que acordó interponer el bloque opositor del Senado. Este fiasco que le contaré a continuación, terminó por el desechamiento de esta emblemática acción por parte del ministro de la Suprema Corte, Alberto Pérez Dayán . Le platico.

-Con motivo de la pandemia, la Corte instauró un sistema de “autoservicio”, llamado “buzón judicial”, a través del cual las personas envuelven con plástico sus documentos, anotan lo que están presentando y sellan su acuse de recibo utilizando el reloj marcador. Minutos después, personal de la Corte abre el paquete, revisa y anota lo que se recibió y da turno al ministro correspondiente (esto se graba en video).

-El 3 de junio —día que se venció el plazo para interponer la acción de inconstitucionalidad contra la Ley de Hidrocarburos— se presentaron en el buzón judicial los documentos relativos a esta demanda incluyendo, entre otros, el supuesto original con el sello y cuatro copias. Sin embargo, el personal de la Corte que abrió el paquete asentó sobre el supuesto original: “Nota: el presente escrito se recibe aparentemente en copia simple”.

-El 9 de junio, el senador Osorio Chong , representante común, solicitó a la Corte hacer una revisión exhaustiva de la documentación recibida, así como que de “no localizarse el original, se valorara la pertinencia de requerir a los promoventes para ratificar las firmas de la demanda.”

-El 11 de junio, el ministro Pérez Dayán, con toda lógica, determinó que si él tenía en su poder cinco de cinco escritos presentados y los cinco eran copias simples, probablemente el original con firmas autógrafas por error era el acuse de recibo que ellos se quedaron. Por ello, requirió a Osorio ese escrito, que también resultó ser copia simple.

-Con base en lo anterior, Pérez Dayán . Sin firmas autógrafas no se puede considerar que hubo voluntad de los senadores y por lo tanto no hay margen para la ratificación de firmas que procede más bien ante la duda sobre la titularidad de quién firmó, pero no para suplir la falta de firmas autógrafas.

Como vemos: 1) no es posible que se haya perdido o traspapelado el original porque la Corte tiene los cinco tantos que se presentaron; 2) no procede la ratificación sobre firmas en copia simple, y 3) no se podía aceptar otro documento nuevo con firmas autógrafas porque hubiera sido ya fuera del plazo.

Ahora vendrá el recurso de reclamación contra el desechamiento, la única posibilidad es que se argumente que alguien en la Corte sustituyó el original por una copia simple, se ve difícil que proceda. Esto es un escándalo, todo indica que el PRI, a quien “le tocó” el trámite de esta acción dentro del bloque opositor, algo hizo o no hizo: o no consiguió todas las firmas y uso copias, o alguien traicionó y lo hizo con toda intención, ambas opciones son graves. Todos sabemos lo importante que es para AMLO esta ley: ¿qué pasó con el documento original? ¿habrá uno o varios traidores dentro del PRI que responden a los intereses de López Obrador? ¿a quién o a quiénes quisieron poner un cuatro con este “desliz”?

Los amparos y sus suspensiones continuarán su curso afortunadamente, pero lo acontecido despierta una enorme suspicacia, además de que se perdió una enorme oportunidad de revisión de la constitucionalidad de esta ley en la Corte. El PRI deberá responder a sus compañeros de la oposición en quienes sembró la desconfianza pero, sobre todo, debe una profunda explicación a los mexicanos… ¿de qué lado juegan?

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