Hoy termina el sexenio de López Obrador. Periodo intenso de la vida pública que vino a cambiar la forma de hacer política y ejercer el poder en México. Desde la dura resaca, de la que aún no nos recuperamos algunos, toca reflexionar: cómo pudo votar 60% por la continuidad de un régimen que exalta el odio, ha aumentado la violencia, ha continuado la corrupción, militarizado el país, destruido las instituciones, vulnerado la división de Poderes y que miente sin ningún recato. Cómo pudieron tantos, además, darle un poder absoluto en el Congreso sin entender la importancia de dibujar sanos límites en la construcción de un país. ¡¿Qué mierda pasó?!

“Se acható la pirámide de Maslow”, me dijo mi psicólogo la semana pasada. Y tiene sentido. Abraham Maslow propuso en 1943 una teoría que jerarquiza las necesidades y la motivación humana. Una pirámide que tiene cinco capas de necesidades, de abajo hacia arriba: 1) fisiológicas (comer, dormir); 2) de seguridad y protección (salud, casa); 3) de afiliación (como amistad y afecto); 4) reconocimiento (respeto, éxito), y 5) autorrealización (creatividad, moralidad). Se trata de un camino largo para llegar al crecimiento interno y externo, de tal suerte que deben cubrirse las necesidades del primer eslabón para pasar al segundo, y así sucesivamente. ¿Quién podría pensar en ser creativo si no ha comido? Nadie.

Así, continuó mi psicólogo, el populismo propone en el resentimiento una nueva meta: que el otro sufra. Es un nuevo diseño de la pirámide. Es pensar, “yo nunca podré alcanzar mis metas, pero me vengaré de aquellos a quienes identifico como responsables de que no haya podido lograr mis objetivos”. El resentimiento y, por ende, la venganza, son la versión chata de la pirámide. Así ha llegado AMLO a calar hasta los huesos de su gente, a través del populismo y la política del resentimiento, como le llama Jean Cohen.

Robert Green, en su obra ‘Las 48 leyes del poder’, escrita en 1998, desarrolla 48 temas relacionados con el poder. Aquí algunos que se ajustan a México:

“Ley 11: Haz que la gente dependa de ti”. AMLO reparte dinero, no herramientas.

“Ley 27: Juega con la necesidad de la gente de tener fe en algo para conseguir seguidores incondicionales”. El discurso ha sido: vamos a estar todavía mejor, viene el segundo piso de la transformación.

“Ley 31: Controla las opciones: haz que otros jueguen con las cartas que repartes”. Mientras todos intentaban que Xóchitl ganara la presidencia, Morena se llevó la mayoría calificada del Congreso.

“Ley 32: Juega con las fantasías de la gente”. Las propuestas de AMLO de tener un futuro mejor carecen de sustento y son propuestas difusas como: tendremos internet en todo el territorio nacional o un sistema de salud mejor que Dinamarca; nunca ha dicho cómo.

“Ley 39: Revuelve las aguas para asegurarte una buena pesca”. Crear caos para que la gente, enfocada en el miedo y la ira, vea en AMLO al único protector de este sector olvidado y subyugado por las élites.

Se equivocan quienes intentan razonar con los votantes de AMLO/Sheinbaum sobre cómo el desacato de las suspensiones que obligaban a detener el proceso de votación de la reforma judicial, por ejemplo, pone a México en una crisis constitucional, o bien la degradación de la democracia de desaparecer al INAI; nada de eso les importa porque están inmersos en otra estructura de pensamiento.

Era más fácil evitar un gobierno populista que revertirlo. La única forma ahora es reconstruir la inexistente oposición, pero no se ve por dónde. El camino será largo.

Abogada, presidenta de Observatel y comentarista de Radio Educación

X y Threads: @soyirenelevy

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