Los radiodifusores son los culpables de la tragedia que vive México y tienen secuestrado al gobierno, son una minoría rapaz… esto dijo el entonces candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, en la comida anual de la CIRT número 59 el año pasado, tal y como lo documentó Mario Maldonado en su columna publicada en este mismo diario el 4 de mayo de 2018 (https://www.eluniversal.com.mx/columna/mario-maldonado/cartera/amlo-solto-al-tigre-en-la-cirt). Con dicho antecedente, existía una enorme interrogante sobre cuál sería su mensaje en la tradicional comida ya como presidente de México, y así sorprendió a muchos su discurso, en apariencia conciliador: ofreció disminuir los tiempos que tienen que pagar al Ejecutivo federal las estaciones de radio y televisión comerciales.
Existen desde julio de 1969 cuando, a través de un decreto, Díaz Ordaz permitió a los radiodifusores cubrir en especie el impuesto a que hacía referencia la ley de diciembre de 1968, es decir, permitiendo al Ejecutivo federal utilizar hasta 12.5% del tiempo diario de las transmisiones en las estaciones de radio y televisión. Después, Vicente Fox, en el 2002, los disminuyó a 18 y 35 minutos diarios en televisión y de radio, respectivamente, en un horario de 6 a 24 horas. Claro que, además de los tiempos fiscales —a los que López Obrador llamó tiempos oficiales— existen los electorales, regulados en la Constitución, y los tiempos del estado, establecidos en la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
Pero el discurso del Presidente dista mucho de ser conciliador si se escucha entre líneas. Dijo lo siguiente:
-“Desde hace tiempo traigo lo de los tiempos oficiales como un tema a atender. En el 68 se impone este decreto en uno de los gobiernos más autoritarios que utiliza la fuerza para reprimir a estudiantes”.
-Y luego realizó una analogía interesante: “No hace falta tener el cuerpo de élite del Estado Mayor Presidencial, no lo necesito, la gente me cuida, por lo mismo voy a analizar lo de los tiempos oficiales”. “Un gobierno democrático no necesita propaganda, ni de muchos tiempos oficiales, para qué tanto. El pueblo de México es consciente y muy politizado ya, cambió la mentalidad del pueblo, y ahora no es fácil de manipular”. “Además hay que interpretar los nuevos tiempos, ahora están las redes sociales, ya no son unos cuantos medios de comunicación, ahora son millones los que comunican”.
-Y concluyó: “Pronto van a conocer una propuesta que va a ir en el sentido de reducir los tiempos oficiales para que tengan ese apoyo”.
Si usted piensa que López Obrador fue benévolo con los radiodifusores, quizás valga la pena que vuelva a escuchar su discurso. Además, no habría una ganancia importante para los radiodifusores con esta disminución, porque:
1. El compromiso no incluyó la modificación de los tiempos electorales ni los de Estado, sólo los fiscales, son los únicos que pueden disminuirse mediante un decreto presidencial.
2. Los tiempos que se liberen no incrementarán los tiempos publicitarios de las estaciones.
3. El beneficio de los radiodifusores sería contar con mayor libertad para distribuir sus propios anuncios y programación —sobre todo en los horarios de mayor audiencia— y evitar que la gente cambie de canal, salvo que el favor del Presidente se extienda a la contratación pagada de propaganda gubernamental, que no creo.
Así que en un mensaje casi subliminal, el Presidente les dijo a los radiodifusores: 1) no los necesito, 2) ya no pueden manipular al pueblo de México, y 3) su poder se ha diluido con las redes sociales, ahí les regreso sus espacios… y los radiodifusores aplaudían con entusiasmo.
1. Y hablando de la CIRT, ha estado promoviendo insistentemente que le den cabida en el juicio que resuelve el amparo contra la eliminación de varios de los derechos de las audiencias promovido por la Asociación Mexicana de Defensoría de las Audiencias. Es de destacar que el Poder Judicial Federal, a pesar de las presiones, no ha cedido y se ha mantenido autónomo al no darle entrada en un expediente del que no es parte. La desesperación de algunos miembros de dicha cámara se refleja también en absurdas acusaciones de censura a reconocidos defensores de audiencias de siempre, que ahora ocupan cargos en el nuevo gobierno, como es el caso de Gabriel Sosa Plata, director general de Radio Educación, esas críticas fortalecen su trabajo.
2. La semana pasada, la Unidad de Contenidos Audiovisuales del IFT, a cargo de María Lizárraga, organizó un estupendo seminario sobre los desafíos regulatorios de la convergencia en los servicios audiovisuales, los estudios presentados pueden descargarse en la página de la UNESCO, valen mucho la pena.
Presidenta de Observatel, profesora de la Universidad Iberoamericana. Este artículo refleja su posición personal
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@soyirenelevy