Por SIMONE LUCATELLO

En las últimas semanas hemos asistido a una ola anómala e intensa de declaraciones públicas de políticos, funcionarios, exministros, militares, líderes locales y expertos en redes sociales y medios de comunicación en varias partes del mundo sobre la existencia de objetos voladores no identificados (OVNI) - recién renombrados cómo Fenómenos Anómalo no Identificados - FANI (por cierto, el nuevo acrónimo no ayuda a la causa..).

Sin contar con que el tema está teniendo un interés que supera la atención que merece, por ejemplo, frente al impacto del cambio climático y sus estragos en la nueva era de la ebullición global, resulta interesante preguntarse por qué tanta atención y tantos piropos mediáticos sobre los FANI y sus manifestaciones. Además, bajo la arrogancia biológica del Antropoceno, -la época actual dónde el ser humano es el centro de todo cambio global- resulta por lo menos curioso cuestionarse porque existe tanta insistencia sobre la posibilidad de que alguien, desde el espacio exterior, esté interesado en hacer contacto con nosotros en un momento donde los escenarios de crisis múltiples que vivimos están acabando con el planeta y su civilización (¿o será por eso?).

Desde la década de 1940, los informes de objetos voladores no identificados han intrigado y dejado perplejos a mucha gente en todo el mundo, sobre todo en los Estados Unidos de América donde curiosamente se concentra la mayoría del interés sobre este tema. El incidente en Roswell, Nuevo México, en 1947, donde se rumoraba que el ejército de los EUA recuperó una nave extraterrestre estrellada, encandeció el interés público en la posibilidad de que la vida extraterrestre visitara la Tierra. Más recientemente, una serie de reportajes de The New York Times en 2017, revelaron la existencia de un programa secreto dentro del Pentágono, conocido como Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas, que se dedicaba a investigar encuentros con objetos aéreos no identificados. Las revelaciones del noto periódico marcaron un punto de inflexión en la percepción pública de los ovnis: la credibilidad de estos informes, respaldados por documentos oficiales y relatos de testigos oculares militares, obligó a la sociedad a considerar la posibilidad de que estos avistamientos pudieran ser más de lo que se reconoció anteriormente. De repente, el tema de los FANI y la vida extraterrestre se convirtió entonces en un asunto que ha trascendido cualquier límite, llegando a un clima actual de frenesí irrebatible. Varias explicaciones pueden tomarse a cuenta para entender esta psicosis global sobre fenómenos no identificados y la vida extraterrestre.

1. Distracción social: frente a la “nueva legitimidad” de los FANI, la idea de que éstos puedan ser utilizados como distractores sociales es una teoría que ha sido propuesta por algunos críticos y analistas de la política y los medios de comunicación. Según esta teoría, los gobiernos o grupos de poder podrían utilizar la atención pública en torno a los FANI como eventos para distraer a la población de problemas más importantes o controvertidos. La lógica detrás se basa en la idea de que al generar un interés masivo en los FANI y fomentar la especulación sobre su origen y significado se desviaría la atención del público de cuestiones políticas, económicas o sociales más relevantes. Esto permitiría a los actores detrás de esta estrategia llevar a cabo sus agendas con menor escrutinio por parte de la opinión pública. Sin embargo, la distracción social no suele ser tan simple como centrar la atención en un único tema. La sociedad moderna está compuesta por una amplia variedad de intereses y problemas, por lo que la idea de que un solo

tema pueda desviar la atención de manera efectiva de todos los demás temas relevantes es cuestionable.

2. Amenazas a la Seguridad nacional: uno de los factores clave que impulsan la atención reciente sobre los FANI son las posibles implicaciones para la seguridad nacional asociadas con estos avistamientos. En los recientes testimonios de la semana pasada, proporcionados por ex funcionarios de defensa durante una audiencia en la Congreso de los EUA, se plantearon preocupaciones sobre la posibilidad de que los FANI sean drones extranjeros o tecnología militar avanzada de naciones rivales en tiempos de guerra. Los testigos enfatizaron que la falta de transparencia del gobierno con respecto a estos hechos es motivo de alarma. La noción de que los FANI podrían estar recopilando información de reconocimiento o probando las capacidades de los EUA y su hegemonía global, ha levantado banderas rojas entre los legisladores (la amenaza de China y Rusia entre otros).

3. Investigación científica: junto con las preocupaciones de seguridad nacional, la atención reciente sobre los FANI también ha despertado un renovado interés en la investigación científica. Sin incomodar a la física cuántica y sus modernas interpretaciones sobre los universos paralelos, la pregunta de fondo sigue siendo ¿Somos los únicos seres vivos en el universo? Con la Ecuación de Drake (1961), una fórmula que se utiliza para estimar el número potencial de civilizaciones extraterrestres en nuestra galaxia con las cuales podríamos comunicarnos, las especulaciones sobre la presencia de FANI, especialmente aquellos que no pueden ser explicados fácilmente por fenómenos convencionales, han llevado a algunas figuras públicas científicas y académicas a comentar sobre la posibilidad de que algunos de éstos objetos podrían ser evidencia de visitas extraterrestres. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha presentado evidencia científica sólida que respalde dichas afirmaciones.

Finalmente, los avances en la tecnología han jugado un papel importante en el fomento de la fascinación del público por los OVNIS. En la era del narcisismo telefónico, donde todo mundo captura y comparte, en segundos, evidencias visuales de sus encuentros y experiencias diferentes, las plataformas de redes sociales han proporcionado un espacio para que el compromiso y el interés de figuras públicas, incluidos exfuncionarios gubernamentales y personal militar, hayan contribuido a fomentar la discusión sobre los FANI. Sus testimonios y participación en audiencias públicas en el Congreso de los EUA han ayudado a fomentar la conversación y promover una mayor difusión del tema, pero también escepticismo renovado sobre sus interpretaciones. Sin embargo, a pesar de la mayor atención y el creciente cuerpo de “evidencias”, muchas preguntas en torno a los OVNIS siguen sin respuesta y contundencia. Pero un hecho es indudable: el gran interés por los FANI no va a desaparecer y está previsto que se publique hasta un informe de la NASA, la agencia espacial norteamericana y otros reportes de algunos Departamentos de Defensa de varios gobiernos internacionales en los próximos meses (la llamada revelación global). Veremos entonces hasta dónde la narrativa de los extraterrestres seguirá capturando el imaginario colectivo y fomentando la psicosis global o si en realidad hay alguien allá fuera que “realmente” quiere encontrarnos y conocernos.

Simone Lucatello: Profesor Investigador del Instituto Mora-CONHACYT. Se interesa de temas ambientales, clima, desarrollo sustentable y cooperación internacional.

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