Como parte de las actividades de investigación en el marco del programa PRONACE sobre Sistemas Socio ecológicos y Sustentabilidad del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (CONAHCYT) de México, queremos en este espacio, compartir los principales resultados de un proyecto nacional transdisciplinario entre varios investigadores y otros sectores de la sociedad que han promovido la creación de los Observatorios Participativos Socioecológicos, conocidos como OPSE. Estos observatorios representan una novedad en el caso de las zonas áridas de México, toda vez que buscan impulsar soluciones integrales a problemas nacionales socioambientales a través de la participación directa de las comunidades en el uso y la conservación de los recursos naturales y el medio ambiente mediante programas monitoreo colevtivos de procesos socioambientales importantes de interés común.

Los OPSE en México han surgido como herramientas fundamentales para la integración del conocimiento local, indígena, técnico, y científico en la gestión socioambiental para la protección de la diversidad biológica y cultural de las zonas áridas del norte de México. A partir de la problemática socioambiental de la desertificación que afecta a las regiones áridas a nivel mundial, en 2018, se creó la Red Internacional para la Sostenibilidad de las Zonas Áridas (RISZA), que adoptó un modelo conceptual cogenerado por sus propios miembros. Este modelo enfatiza la importancia de abordar los problemas en un contexto de sistemas socio ecológicos (SSE) como estructuras complejas que enfrentan cambios climáticos, socioeconómicos e institucionales. Bajo un enfoque participativo, RISZA implementó una red piloto de OPSE caracterizando cinco SSE representativos de zonas áridas de México. Estos observatorios representan una innovación social, ya que fomentan la colaboración multisectorial en comunidades de aprendizaje. Estas comunidades, caracterizadas por la interculturalidad, la equidad de género, buscan generar colectivamente un conocimiento útil y novedoso sobre los problemas de la desertificación y los retos hacia el desarrollo sustentable.

Los OPSEs se encuentran en diferentes áreas geográficas del país: en la reserva de la biosfera de Mapimí (Durango-Chihuahua), en el Valle de Guadalupe (Baja California Norte), en la laguna de Bustillos (Chihuahua), en la zona del “El Tokio” (Nuevo León), en el área de la comunidad indígena Comcaac en Sonora y en la zona metropolitana de Chihuahua, Chihuahua. Dichos observatorios destacan como mecanismos que buscan establecer las condiciones adecuadas para que las comunidades locales cuenten con las herramientas y sistemas de gobernanza necesarios para formular soluciones sostenibles a largo plazo.

Pero ¿porque enfocarse en las zonas áridas? Actualmente, las zonas áridas enfrentan diversos problemas urgentes, entre ellos la transformación de ecosistemas desérticos a campos agrícolas, lo que está provocando la salinización del suelo debido al riego y la contaminación de cuerpos de agua por usos execivos de insumos (fertilizantes, pesticidas). Además, el sobrepastoreo del ganado doméstico está degradando el suelo y causando la pérdida de biodiversidad y especies forrajeras, además de favorecer la invasión de arbustos. La introducción de especies exóticas para mejorar los pastizales, junto con el desarrollo de infraestructura para extraer, almacenar y distribuir agua (como pozos y presas), está llevando a la sobreexplotación de acuíferos y alterando los ciclos hidrológicos naturales. También se observa la sedentarización de pastores nómadas, la urbanización acelerada, proyectos de restauración inapropiados, la minería y la instalación de infraestructuras de energía renovable como plantas solares y parques eólicos, además de repositorios de desechos tóxicos. Las causas de estos problemas incluyen el desempleo, la pobreza, la gobernanza débil, la baja productividad agropecuaria, la falta de inversión en el desarrollo local, la inseguridad hídrica y alimentaria, y la migración. Otros factores clave son las políticas neoliberales, la privatización de tierras, las sequías prolongadas y la creciente frecuencia de eventos climáticos extremos, vinculados al cambio climático.

Entre las varias actividades y resultados llevados a cabo por el proyecto, se destaca una importante aplicación de metodologías y herramientas de trabajo participativo. De manera general, estos observatorios quieren cumplir con diversas funciones. En primer lugar, facilitan la recolección colectiva de datos socioambientales a nivel local con la participación de las comunidades. A través de la creación de “comunidades de aprendizaje”, los habitantes locales pueden monitorear la calidad del agua, la biodiversidad, el uso del suelo, y otros indicadores clave del entorno socio ecológico de su región. La información recopilada se utiliza para influir en las decisiones políticas y de gestión a nivel local, regional, e incluso nacional. Este tipo de observatorios son fundamentales para identificar los impactos del cambio climático, la degradación de los ecosistemas y las estrategias de adaptación local y mejorar la gobernanza ambiental.

En segundo lugar, a través de los observatorios, las comunidades no solo se involucran en el monitoreo, sino forman parte de un entorno de aprendizaje colectivo y transformativo implementando prácticas sostenibles y resilientes. Esto fomenta un sentido de responsabilidad y empoderamiento, permitiendo que las comunidades se conviertan en agentes clave en la conservación ambiental. Algunos de estos observatorios han incorporado recientemente tecnologías como estaciones para monitoreo de clima, plataformas digitales para el monitoreo y la recolección de datos socioambientales como riqueza de aves, especies medicinales, especies amenazadas, entre otros en tiempo real. Esto ha permitido mejorar la precisión de la información recopilada y su uso para la toma de decisiones para el desarrollo sostenible.

Dr. Simone Lucatello: Profesor Investigador del Instituto Mora y miembro del Comité técnico asesor del Proyecto PRONAII

Dra. Elisabeth Huber-Sannwald: Profesora Investigadora del IPICYT, responsable técnico del proyecto PRONAII

Dr. Luis Carlos Bravo Peña: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, responsable del OPSE Cuauhtémoc. (Chihuahua)

Dr. Víctor Manuel Reyes Gómez: Instituto de Ecología A.C., responsable del OPSE Mapimí. (Durango/Chihuahua)

Dra. Juana Claudia Leyva Aguilera y Dr. Georges Singier: Universidad Autónoma de Baja California, responsables del OPSE Guadalupe. (Baja California Norte)

Dr. Natalia Martínez Tagüeña: Universidad Autónoma del Estado de Morelos, responsable del OPSE Comca’ac (Sonora).

Mtro. Salvador Narvaez: Pronatura México A.C., responsable del OPSE El Tokio. (Nuevo Léon/Cohauila)

Dr. Emanuele Giorgi y Dra. Dra. Lina María Carreño Correa: Instituto Tecnológico de Monterrey, responsables del OPSE Sierra Nombre de Dios. (Chihuahua)

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS