Por: Luz Galindo
Durante la pandemia, el trabajo de cuidados se ha incrementado, ya que las mujeres continúan haciendo éste, además del trabajo doméstico y muchas de ellas también hacen el teletrabajo (que generalmente es su trabajo pagado). Frecuentemente son las mujeres quienes están con las niñas y niños en las clases a distancia de la escuela, quienes están cuidando a las personas adultas mayores y también a las personas con discapacidad.
El cuidado se refiere a las acciones de gestionar, preservar, conservar y asistir. Implica ayudarse a una/o misma/o o a otro ser vivo, tratar de que tenga bienestar y de ser posible aumentarlo y evitar que sufra algún daño. En la práctica, cuidar puede ser visto como apoyar o atender a alguien en sus necesidades cotidianas, por ejemplo, de alimentación o de gestión de sus emociones, o bien, en casos de enfermedad, la acción de proveer a la persona lo que necesite. Si se incursiona en el ámbito doméstico, se puede agregar, la referencia a su funcionamiento, en términos de preparación de los alimentos, de la limpieza del espacio compartido y la gestión y atención de los servicios que permitan su funcionamiento.
Cuando hay alguna persona con discapacidad en una familia, ¿Quién la cuida? ¿Cómo se distribuye el cuidado? ¿durante la pandemia se reconfiguraron los cuidados?
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad establece que las personas con discapacidad son aquellas que tienen deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.
En el Censo de Población y Vivienda, 2020, los datos indican que, en el país, hay 20 838 108 personas con alguna limitación, discapacidad o problema o condición mental, mismas que representan 16.5% de la población. De estas personas 13 934 448 (11.1%) tienen alguna limitación, 6 179 890 (4.9%) son personas con discapacidad y 1 590 583 (1.3%) tiene algún problema o condición mental.
Cabe preguntarse en este contexto de pandemia ¿Cómo es que parece tan normal que sean las mujeres quienes cuidan? ¿Qué beneficios tiene asumirlo e ignorar la carga en la que se suman?
Existe el Programa Pensión para el Bienestar de las Personas con discapacidad, el programa beneficia a todas las personas con discapacidad que pertenezcan a grupos indígenas del país de 0 a 64 años; niñas, niños y jóvenes con discapacidad permanente de 0 a 29 años que vivan en municipios y zonas urbanas de alta y muy alta marginación y el monto de apoyo es de $2,550 pesos que se entregan bimestralmente, sin personas intermediarias.
¿Es este apoyo suficiente para los cuidados de la persona con discapacidad? es decir, para su alimentación, su vestido, sus medicinas, sus citas médicas, ¿alcanza para quien la cuida? ¿las personas con discapacidad que no reciben esta pensión qué hacen para solventar su vida cotidiana?
En nuestro país, el cuidado de las personas con discapacidad no es un tema de prioridad, ni de importancia, ya que son las familias y particularmente las mujeres, las que, en su mayoría son quienes lo están haciendo, sin considerar los costos emocionales y físicos, ni los económicos. El cuidado no ha sido considerado como un trabajo, ya que se da por hecho que hay quien va a cuidar, independientemente de sus actividades pagadas o no.
Este es uno de los temas más relevantes para el Sistema Nacional de Cuidados, que el 18 de noviembre se aprobó en lo general y en lo particular en la Cámara de Diputados; el dictamen que reforma y adiciona los artículos 4° y 73 de la Constitución Política para la creación de este Sistema. Este dictamen en lo general refiere que toda persona tiene derecho al cuidado digno, y en lo particular, hay una reserva para modificar la fracción V del apartado C, con el fin de especificar que este Sistema no va a generar ninguna estructura orgánica nueva, ni presupuesto, por lo que, se deberán aprovechar las instituciones que ya existen en los diversos niveles del Gobierno. Por lo que, ahora hay que dar seguimiento en el Senado de la República, ya que cuando se logré la reforma constitucional, será determinante para comprender el cuidado como trabajo y que se generen opciones de buen vivir desde el Estado para las familias y las mujeres que cuidan a las personas con discapacidad.
Teniendo esto un impacto en nuestra sociedad, en la que se comprenda que el cuidado, los cuidados de las personas con discapacidad son fundamentales para sostener a vida.
Luz María Galindo Vilchis
Docente de la Universidad Nacional Autónoma de México. Realizó su estancia postdoctoral en el Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales del Colegio de México. Ha colaborado en espacios gubernamentales, de la sociedad civil y académicos en diferentes países como la India, España y Portugal. Sus líneas de investigación son la perspectiva de género, políticas públicas, usos del tiempo, corresponsabilidad y bienestar social, vida cotidiana y trabajo remunerado, no remunerado y de cuidados, diversidad familiar y diversidad sexual, nuevas experiencias de ser hombres.
@Luzapelusita