La Copa del Mundo 2022 no solamente dejó buenos partidos de fútbol, también marcó la pauta para la implementación de nuevas tecnologías en el deporte. Si bien, a lo largo del Mundial, se llegó a criticar el abuso en la implementación de estas innovaciones, resulta interesante analizar cuáles son y cómo ayudan al desarrollo de los partidos.
La tecnología semiautomática para detectar el fuera de lugar. Esta herramienta está basada en el uso de 12 cámaras especialmente dedicadas a seguir al balón y detectan 29 grupos de datos de los cuerpos de los jugadores, como sus extremidades. Esta información es enviada a la sala de video arbitraje (VAR) en donde se valida y analiza con la línea de fuera de juego que también es creada de manera automática. Posterior a que se toma la decisión de fuera de juego por parte del árbitro, se genera una animación en 3D detallando los aspectos por los que se determinó la falta, esta animación es publicada con el objetivo de brindar mayor transparencia a la decisión.
Esta tecnología fue acompañada por el desarrollo de un nuevo balón, el Al Rihla (que significa “el viaje” en árabe), que es un balón que tiene en su interior un chip que permite tomar y transmitir diversos datos. Por ejemplo, la velocidad de los disparos, la cantidad recorrida por el balón y el efecto que recibe. Entre otros datos, el balón ha detectado que el gol anotado con mayor velocidad fue el realizado por Luis Chávez, en el partido México contra Arabia Saudita, que logró 121 km/h.
En cuestiones de generación y análisis de datos de los jugadores y del partido como tal, se desarrollaron diversas aplicaciones. Una de ellas, enfocada a los jugadores, en la que de manera individual pudieron analizar sus métricas al terminar cada partido. Los datos recopilados incluyeron velocidad, disparos a gol, pases, rendimiento, e información sobre jugadas de peligro creadas.
Al final, algunas de estas herramientas podrían convertir al árbitro en una especie de robot y quitarle el tema del error humano al partido. Pero, también hay que preguntarse que pasaría si estas tecnologías fallan en pleno partido, de ahí la importancia de que se continue con las capacitaciones a los humanos involucrados y no dejarle toda la responsabilidad a la tecnología.
De igual forma, la utilización de esta tecnología se tiene que realizar de manera responsable y poder resguardar los datos de los jugadores. Asimismo, queda en el tintero la forma en la que se pueden implementar estos avances tecnológicos en diversas latitudes que no cuentan con lo básico para poder utilizar estas herramientas, tanto en el aspecto de conectividad, hardware, como el entrenamiento a los árbitros para utilizarlas. En suma, la transformación digital del fútbol se tiene que realizar de manera ordenada y planeada, sin dejar de lado el factor humano y centrarse en el espectáculo.
Mauricio Bastién Olvera
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