Por: Citlali Ayala Martínez
El 13 de marzo el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo presentó a nivel mundial el Informe de Desarrollo Humano 2023-2024, dirigido a los tomadores de decisión de política pública, agencias de cooperación, organismos internacionales y demás actores del desarrollo. En este espacio se rescatan algunos de los mensajes clave del informe, exhortando a los interesados en el desarrollo, la economía y la cooperación internacional a revisarlo a profundidad. Los conceptos clave para entender el informe son la acción colectiva, los bienes públicos globales y la interdependencia global. Es necesario repensarlos a la luz de las políticas públicas y la cooperación internacional, así como del entorno polarizado y los conflictos que azotan a la sociedad internacional.
La primera parte del informe explora formas posibles para avanzar hacia el desarrollo humano en un mundo interdependiente, partiendo del argumento de que, una interdependencia global mal gestionada implica, y ha implicado, altos costos para el desarrollo humano. Dice que no es posible proporcionar los bienes públicos globales a la sociedad, y menos aún, fomentar agencia (la capacidad de los individuos de transformar sus propias condiciones de vida) y bienestar, mientras no se pueda manejar la interdependencia adecuadamente. También se necesita que los vínculos globales existentes sean funcionales para hacer frente a los principales problemas, fundamentalmente la desigualdad.
El informe invita a revisar los bienes públicos globales, admitir que no se crean de manera equitativa, por lo tanto, su provisión a la humanidad tampoco lo será. ¿Cómo podremos entonces salir de la desigualdad económica y social sobre todo de acceso, frente al contexto reciente en el que una pandemia sanitaria puso en jaque diálogos globales, a la economía internacional y una respuesta fragmentada en lo inmediato y en el largo plazo?
La segunda parte del informe invita a reimaginar la cooperación a través de la expansión de la agencia y mitigar la polarización, señalando la necesidad de examinar formas para mejorar la acción colectiva, considerando la cultura y las instituciones; y trabajar en torno a las brechas de agencia para hacer funcionar la acción colectiva. Asimismo, contar con las instituciones que promuevan la acción colectiva a trabajar en una estrategia centrada en las personas, la propiedad compartida y esté orientada al futuro. El enemigo por vencer parece ser la polarización política, que pone en peligro la cooperación, y perpetúa la desigualdad, principal reto por superar.
¿Qué implica reimaginar la cooperación para disminuir las desigualdades, la polarización política y garantizar una mejor distribución de los bienes públicos globales?
Para romper “el grillete” que impide el avance hacia el desarrollo (Breaking the gridlock), el informe hace una invitación a reimaginar la cooperación persiguiendo tres propuestas con las cuales motiva al mundo a luchar. La primera: es imperativo construir un entendimiento común reconociendo que la gente tendrá derecho a mantener sus diversos intereses y prioridades. Ello implica cambiar el comportamiento (individual e institucional) hacia la colaboración que aborde los desafíos compartidos. La segunda propuesta: hacer posible que la gente persiga sus ambiciones humanas naturales y legítimas sin proteccionismo. Esta idea se enfoca en aquello que da a las personas agencia y vivir libres de todo miedo, miseria, y de la vida sin dignidad, idea que encierra la libertad, el empoderamiento y la resiliencia, variables del paradigma del desarrollo contemporáneo. La tercera propuesta: necesitamos una arquitectura para la cooperación internacional adecuada al siglo XXI para proporcionar bienes públicos globales eficazmente, considerando los retos del Antropoceno – de la mitigación del cambio climático a la preservación de la biodiversidad; también crear y mantener de manera sostenible la infraestructura pública digital y los bienes públicos globales que hagan posible la revolución digital, si y sólo si la gente prospera en formas más equitativas.
El informe reitera que la provisión los bienes públicos globales son fundamentales para muestro futuro interdependiente, lo cual implica repensar las finanzas internacionales, la cooperación para el desarrollo y la ayuda humanitaria. Señalan que hoy tenemos acceso a nuevos mecanismos financieros, tecnologías extraordinarias y nuestro más grandioso activo: el ingenio humano y nuestras capacidades de cooperación. Aun así, todavía quedan aspectos por analizar, por ejemplo, la propiedad compartida, el papel del sector privado y de la sociedad civil, las alianzas público-privadas, los cómo.
En principio, todo parece indicar que los vínculos para la acción colectiva, la gestión eficaz de la interdependencia global, los bienes públicos globales en el contexto de polarización, la revolución digital y el combate a la desigualdad pasan a formar parte de la nueva narrativa del desarrollo sostenible, ¿acaso hacia una Agenda post-2030? Elijo medio ambiente, agencia, conocimiento compartido y derechos humanos como bases para una nueva propuesta del desarrollo post-2030 que pueda combatir la desigualdad y permita el desarrollo desde su diversidad, añadido a las propuestas de este Informe.
Citlali Ayala Martínez
Es profesora-investigadora del Instituto Mora desde 2002. Es internacionalista por la UNAM y maestra en Cooperación Internacional Unión Europea-América Latina por el Instituto Mora. Es candidata a doctora en Ciencia Política por la Universidad Técnica de Darmstadt, Alemania, y egresada del programa Managing Global Governance, del
Instituto Alemán de Desarrollo (German Development Institute) en Bonn. Sus áreas de investigación son la cooperación Sur-Sur y triangular, cooperación en educación superior, Agenda 2030 para el desarrollo sostenible y digitalización vinculada a desarrollo. Es coordinadora del diplomado en Cooperación Internacional para el Desarrollo y sus Instrumentos de Gestión, impartido en el Instituto Mora desde 2010, así como de la colección editorial Cuadernos de Cooperación Internacional y Desarrollo. Ha realizado consultoría para organizaciones como GIZ, AMEXCID y Oxfam, entre otros.