A mi parecer, pocas cosas pueden ser más indignantes que una empresa derrame toneladas de metales pesados en un río que alimenta a decenas de localidades, enferme a sus habitantes y no tenga consecuencias (al menos, no de la magnitud del evento); eso fue lo que hizo Grupo México en el Río Sonora el 6 de agosto de 2014.
Desde entonces han pasado casi 8 años y las consecuencias eran tan indignantes como fáciles de prever: en abril de 2022, autoridades de salud confirmaron que “existe una exposición homogénea y constante a plomo en más del 95 por ciento de la población, a arsénico en más del 50 por ciento, y en cadmio en más del 79 por ciento”.
No cabe duda: las y los pobladores consumen agua contaminada y han sido privados, por lo menos, de sus derechos a la salud y a un medio ambiente sano.
Poco después del derrame, se establecieron diferentes instancias para, en teoría, remediar los daños. Así, se creó el Fideicomiso Río Sonora, a través del cual el gobierno federal y Grupo México (en particular su mina Buenavista del Cobre, con sede en Cananea y responsable del derrame) se comprometían a “atender con prontitud las afectaciones ocasionadas por el derrame de Sulfato de Cobre en los Ríos Sonora y Bacanuchi”.
Esta cita la extraigo de una página oficial sobre el fideicomiso, donde se muestra un plan de trabajo que parece bien hecho, con objetivos particulares y plazos para su obtención.
Sin embargo, la realidad —obstinada y persistente como es— nos muestra otra cosa. En días pasados se celebró el valioso Encuentro de Movimientos Sociales de Sonora 2022, donde participaron representantes del colectivo Comités Cuenca Río Sonora (conformado por personas afectadas por el derrame) y quienes calificaron el fideicomiso como “promesas muy bonitas”,
pero alejadas de lo que han vivido las y los afectados.
Por ejemplo, una parte central del plan de “reparación” incluía la creación de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental de Sonora (UVEAS), la cual se encargaría de dar seguimiento y atención a quienes hubieran sido afectados en su salud debido al derrame. La UVEAS comenzó sus trabajos entre finales de 2014 y principios de 2015 y estaba programada para funcionar hasta el año 2029. Incluso, la unidad recopiló expedientes de salud de 381 personas. No obstante, hoy en día ya no se encuentra en operaciones. De ahí que, desde el colectivo Comités Cuenca Río Sonora, se exija “que se esclarezca de inmediato qué pasó con los al menos 381 expedientes de salud que fueron almacenados en la Unidad de Vigilancia Epidemiológica Ambiental en Sonora y las autoridades dicen no encontrar. No vamos a aceptar la pérdida de expedientes ni avalar la opacidad en el sector público”.
Otro de los supuestos acuerdos del fideicomiso era la “construcción e instalación de plantas con sistema de ultrafiltración para garantizar que, en caso de que ocurran eventos similares, la salud de la población esté protegida”,
pero representantes de víctimas del derrame señalan que sólo se construyeron diez (las comunidades afectadas son 37), las cuales no han tenido el mantenimiento adecuado y, en la actualidad, únicamente funcionan dos, aunque de forma intermitente.
También se mencionó la construcción de un hospital, del cual existe el edificio, sin embargo, nunca se equipó y se encuentra abandonado.
Con todo y que ha habido avances para lograr justicia a raíz de la llegada del actual gobierno federal, no quiero dejar pasar la oportunidad de expresar una crítica directa a la dirigencia de Morena, particularmente en Sonora (crítica de la que asumo responsabilidad y que no debe ser extendida a quienes luchan por justicia en el Río Sonora): la suplente de la senadora Lily Téllez es la Dra. Reina Castro Longoria, una investigadora de la Universidad de Sonora y activista social que acompaña a víctimas del derrame. Como es sabido, Lily Téllez llegó al senado representando a Morena, aunque ahora forme parte de la bancada panista y muestre abiertamente sus posturas conservadoras. ¿A quién se le ocurrió que una luchadora social como la Dra. Castro fuera suplente de … ¡Lily Téllez!? Creo que aún faltan explicaciones y disculpas de quienes tomaron la decisión.
Por último, hay muchos elementos para considerar que Grupo México ha actuado de forma criminal en contra de miles de habitantes de las comunidades del Río Sonora, acciones por las cuales sigue impune. Si Germán Larrea cumpliera con sus compromisos, no dejaría de ser un hombre extremadamente rico, con un poder adquisitivo muy superior al promedio en México y el mundo. El derrame de metales pesados en el Río Sonora nos muestra una característica especialmente extendida y preocupante de nuestra actualidad: para muchos sectores sociales poderosos, la acumulación de capital es su principal objetivo, no les importa si para ello impactan de forma irremediable el medio ambiente y pasan por encima de la vida y la dignidad de millones de seres vivos que habitamos el planeta.
Sobre el autor:
Candidato a doctor en Estudios del Desarrollo. Problemas y perspectivas latinoamericanas por el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Maestro en Sociología Política por la misma institución y Licenciado en Historia por la Universidad de Sonora. Autor del libro Las movilizaciones estudiantiles de 1970-1973 en la Universidad de Sonora. Ensayo sobre las influencias de los sesenta globales en un contexto local (2021). Soy miembro de la Red Mexicana de Estudios de los Movimientos Sociales, de la Red de Estudios sobre Conflictos Universitarios y Movimientos Estudiantiles y de la Sociedad Sonorense de Historia.
1 Fuente: https://www.milenio.com/politica/confirman-alta-exposicion-plomo-sangre-derrame-rio-sonora
2 Fuente: https://www.gob.mx/semarnat/acciones-y-programas/fideicomiso-rio-sonora
3 Fuente: https://www.facebook.com/165231881827942/videos/460559169135084/
4 Fuente: https://comitescuencariosonora.wordpress.com/
5 Fuente: https://www.gob.mx/semarnat/acciones-y-programas/fideicomiso-rio-sonora
6 Fuentes: https://www.facebook.com/165231881827942/videos/460559169135084/ y https://comitescuencariosonora.wordpress.com/
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