1910, fin de una era en Campeche
1910, fin de una era en Campeche

Entre las inquietudes por la aparición del cometa Halley y las celebraciones para conmemorar el centenario de la Independencia de México transcurriría gran parte del año de 1910 en la ciudad de Campeche. Pero no todo fueron temores apocalípticos ni euforia nacionalista, aunque ese fue un periodo de contrastes y tensiones en muchos sentidos. Entre otros acontecimientos se festejaron los cincuenta años de la fundación del Instituto Campechano y se construyó e inauguró la Avenida de los Héroes en el barrio de San Román. En contraparte, mayo y octubre estuvieron marcados por las afectaciones y el duelo; durante el primero, la feligresía lamentó la muerte del sacerdote José de la Luz Romero, en tanto campesinos y hacendados sufrieron la invasión de la langosta que hizo estragos en las sementeras. En octubre se realizaron honras fúnebres en honor del obispo Jaime Anesagasti y un temporal provocó inundaciones que causaron trastornos en gran parte de la ciudad, tanto en el centro como en los barrios, entre otras cosas paralizó el servicio de trenes y tranvías, y afectó a la planta eléctrica dejando por una noche a la población sumida en la oscuridad.

1910 era también año de comicios federales, la presidencia y la vicepresidencia de nuevo eran el gran tema electoral, aunque se votaría también para elegir diputados al Congreso de la Unión, senadores y magistrados de la Suprema Corte de Justicia. Los habitantes del puerto campechano fueron partícipes de la efervescencia y las inquietudes políticas que recorrían gran parte del país desde un par de años atrás. La visita de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez en junio de 1909, alentó la participación de muchos jóvenes en el proceso desde una posición antirreeleccionista. Aglutinados en el Club Democrático, los opositores a las candidaturas oficiales desarrollaron diversas labores proselitistas y causaron la enojada reacción de las porfiristas autoridades locales. En su informe el gobernador Tomás Aznar y Cano tendría que justificar las acciones represivas emprendidas por su administración para frenar la actividad opositora señalando que lo que se buscaba era garantizar la libertad electoral y la tranquilidad pública para lo cual era necesario evitar desordenes o tumultos. Así, el año terminaría con la acción desplegada en diciembre por las fuerzas del orden de la ciudad para detener y consignar a varios simpatizantes maderistas, los cuales fueron remitidos a la capital del país para que ahí fueran procesados. De acuerdo con un diario de la ciudad de México los antirreeleccionistas apresados fueron Francisco Maldonado, Urbano Balmaceda, Manuel Navarro. Otras fuentes afirman que entre los procesados se encontraban Urbano Espinoza, Calixto Maldonado y José Jesús Cervera.

Pero ya no resultaría fácil erradicar el descontento y las intenciones de cambio que habían empezado a manifestarse y tan sólo unos meses más tarde estallarían movimientos armados en distintas partes de la geografía estatal. Escenas de violencia tendrían lugar en las calles y la propia plaza principal de la ciudad que sería escenario de uno de esos acontecimientos. En efecto, el sábado primero de abril de 1911 fue invadida por los presos que se amotinaron y escaparon de la Cárcel Pública, situada a unas cuadras de distancia. Asesinaron a varias personas y se apoderaron del arsenal. Enardecidos con su triunfo, decidieron hacerse del Palacio de Gobierno con la intención de destituir a las autoridades políticas para lo cual primero avanzaron hasta la Plaza Principal. En respuesta, la policía desplegó su estrategia de confrontación, situándose en la parte superior del Palacio y en las azoteas de la Catedral y la Aduana Marítima para desde ahí enfrentar a los revoltosos y lograr contenerlos.

1910, fin de una era en Campeche
1910, fin de una era en Campeche

Imagen 2. Celebración conmemorativa de la Independencia en 1910 (“Carros alegóricos. Sept. 15, 1910. Campeche”, C & P., 1911)

La Revolución provocaría cambios en la organización política y gubernamental y pronto transformaría también el rostro de la ciudad. Entre 1913 y 1914, se hizo cargo del gobierno del estado el general Manuel Rivera; el nuevo gobernante llegaba comisionado para pacificar la zona, sofocar a los revolucionarios maderistas y devolver el orden a la entidad. En medio de la situación de guerra que atravesaba el país y en apenas poco más de un año de gobierno Rivera se dio a la tarea de renovar, revitalizar y, en muchos casos, transformar el centro de la ciudad para lo cual realizó importantes obras constructivas. Quizá por ser militar con formación en ingeniería, la traza urbana fue una preocupación fundamental de su gestión. Se pusieron banquetas y se arreglaron varias calles, se implementó un nuevo sistema de drenaje y se arreglaron los jardines. En lo que respecta al centro de la ciudad, además de fomentar que se remozaran y pintaran las fachadas, se dio a la tarea de reconstruir el primer piso del palacio de gobierno, transformar la plaza y crear el primer jardín costero.

1910, fin de una era en Campeche
1910, fin de una era en Campeche

Fausta Gantús 
@fgantus 
 
 Escritora e historiadora. Profesora e Investigadora del Instituto Mora (CONACYT). Especialista en historia política, electoral, de la prensa y de las imágenes en Ciudad de México y en Campeche. Es autora de una importante obra publicada en México y el extranjero, entre las que destaca su libro Caricatura y poder político. Crítica, censura y represión en la Ciudad de México, 1867-1888. Ha coordinado varias obras sobre las elecciones en el México del siglo XIX (atarrayahistoria.com) y es co-autora de La toma de las calles. Movilización social frente a la campaña presidencial. Ciudad de México, 1892. En 2020 publicó también el libro de creación literaria Herencia. Habitar la mirada/Miradas habitadas.  

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